DERRIBAR los muros del acoso homófobico y educar en la diversidad es más fácil gracias a un videojuego que lucha contra el bullying LGTBI. “Hoy encontramos mucha representación de este colectivo en los videojuegos, pero falta acercar la problemática del bullying LGTBI porque en la vida real, en el mejor de los casos, se nos invisibiliza pero también nos marginan porque todavía no está aceptado”. Lo dice con conocimiento de causa Alex Rodríguez, creador del primer videojuego del Estado que combate la violencia basada en la orientación sexual e identidad de género. Titulado De Fobos y Deimos y destinado a adolescentes y jóvenes, nace con la idea de utilizar los videojuegos como herramientas educativas, profundizando en la problemática de la fobia al diferente y que las jóvenes lesbianas y los jóvenes gais, transexuales, bisexuales e intersexuales no deban sufrir para alcanzar la libertad individual.
Rodríguez rememora, de forma inevitable, el caso de Jokin Ceberio “que sufrió bullying al mismo tiempo que yo lo padecía”. Y es que el suicidio en septiembre de 2004 de Jokin, el niño de 14 años que se arrojó al vacío desde las murallas de Hondarribia al no soportar el acoso escolar que sufría, marcó un antes y un después. “Él no sobrevivió a esa situación y a mí, sin embargo, me ayudó a abrir los ojos y a darme cuenta de que pasaba algo realmente grave y que podría acabar igual que Jokin”, destaca Alex. “La situación más terrible empezó cuando yo tenía unos 12 años. Hasta entonces, los comentarios eran más inocentes, pero cuando entras en la adolescencia, la cosa se complica. Empezaron como comentarios y llegaron al punto de ser agresiones verbales e incluso físicas”, relata este psicólogo de 30 años, educador y orientador social con más de siete años de experiencia con menores en situación de desprotección.
En De Fobos y Deimos, los participantes juegan una historia de fantasía en la que deben tomar decisiones éticas, vivir situaciones emocionales instrospectivas y empatizar con su entorno, profundizando en la LGTBIfobia. Un proyecto que recientemente fue premiado por el Ayuntamiento de Bilbao por su valor educativo y social. De hecho, la versión lúdica ya está en el mercado y además tiene una versión educativa dirigida a los colegios, afirma este miembro de Gaymer.es, la mayor comunidad de videojugadores LGTBI de habla hispana. “El videojuego es una herramienta de expresión social y cultural muy válida y no hay que perderla de vista porque es el lenguaje que los menores utilizan”, subraya.
“Lo más importante es romper el silencio aunque sea un ejercicio complicado. En algunos casos requiere salir del armario y tienes que asumir que estás en una situación en la que necesitas ayuda. Tienes que pedir que la gente asuma su responsabilidad porque es un problema comunitario. Hay que inculcar esa responsabilidad social, pero si la víctima no se comunica, eso dificulta el proceso. Por el contrario si se abre, encontrará personas que le ayuden”, concluye Alex Rodríguez.