bilbao- Sumergirse en todas la rutinas de un caserío o remar y meterse de lleno en los herri kirolak ha sido el cometido de Reyes Prados para el programa Gutariko bat. Entre manos tiene otro proyecto, la segunda edición de Tú al norte y yo al sur, que se emitiría a partir de septiembre en ETB-2. Sevillana de nacimiento y afincada en Euskadi desde hace diez años, ha conseguido hablar euskera en un tiempo récord. El acento de su tierra sale a flote cuando habla de forma coloquial o en una entrevista, en televisión es un tono neutro y cuando se expresa en euskera nadie adivinaría su lugar de origen. Al volver la vista hacia el programa que hoy empieza, frunce la nariz cuando recuerda los olores de establo o si recuerda la inseminación de una vaca.

¿Por qué ‘Gutariko bat’?

-Aprovechando el tirón de que soy de fuera, que he aprendido euskera y que siempre me ha interesado conocer la cultura vasca, me he metido en alguno de los pilares de las tradiciones euskaldunes.

¿Qué le ha parecido la vida en un caserío?

-Dura, muy dura. Me he metido a fondo a saber qué es un baserri, nada que ver con las vaquitas en un establo y ya está. Hay que ordeñarlas, lavarlas y unas cuantas cosas más. He estado con vacas, ovejas y otros animales que están en un caserío. El trabajo en el baserri es muy sacrificado.

¿Remar es más fácil?

-Es otro de los capítulos que veremos en ETB-1. Yo he visto muchas veces este deporte, pero lo ignoraba todo sobre él. En el programa se podrá ver cómo es el ambiente de las regatas, pero también me he metido en una trainera.

De chicas, ¿no?

-Tanto de chicas como de chicos. He aprendido a remar un poquito y he sufrido mis pequeños accidentes. Pero me lo he pasado muy bien. Ahora mismo, estamos grabando el programa dedicado a la herri kirolak. Hay cosas que se me dan mejor de lo que yo esperaba, pero otras me están costando un montón y se me dan absolutamente fatal, pero una no puede valer para todo en la vida.

¿Qué es lo más le ha costado?

-Soy muy urbanita, me gustan mucho los animales, también el campo, pero yo soy muy de ciudad, y tener que acercarme mucho a los animales, meterme en un establo con muchos olores?

¿Demasiado fina para un caserío?

-No es eso. Tengo el olfato muy fino y acostumbrarme al olor de los establos ha sido de lo peor. Tener que tocar más de la cuenta a los animales también ha sido muy difícil para mí.

¿Qué es tener que tocarles más de la cuenta?

-Tocarles en partes no muy agradables. Hacemos una inseminación a una vaca y hay que meter la mano hasta no te digo dónde y eso agradable no es, al menos para mí. Ha sido muy duro. Los otros dos programas han sido deporte y también han tenido lo suyo pero inseminar a una vaca y meterle la mano hasta dentro ha sido muy duro.

¿Qué deporte le ha costado más?

-La aizkora se ve muy fácil, pero hay que ponerse a ello. No era capaz de darle al tronco y no me he roto el pie de milagro. Sí que voy a reconocer que me lo he pasado bien y que he disfrutado mucho con lo que he hecho. Ahora, lo dicho, hay cosas que son muy fuertes.

¿Se apunta a un bombardeo sea en euskera, catalán o andaluz?

-En andaluz y en euskera sí; el catalán aún no ha llegado, pero quién sabe. Me apunto a lo que me digan, me gusta mi profesión, me gusta grabar en la calle; conoces a mucha gente y aprendes mucho. En este caso, aprendo mucho, pero muchísimo, de la cultura de aquí. Estoy metida hasta el corvejón como se dice en mi tierra.

¿Cuánto tiempo le costó aprender euskera?

-Menos de lo que la gente me había vendido. Todo el mundo decía que era dificilísimo, personas que me contaban que llevaban toda la vida, que no terminaban nunca de dominarlo?

¿Lo domina usted?

-Es un reto que tengo, no todo el mundo domina una lengua, ni siquiera la materna. Lo que sí puedo decir es que el euskera a mí me costó menos de lo que esperaba. En un año académico ya me manejaba con él. Tanto como para presentar un programa no, pero tenía conversaciones larguitas.

Supongo que es buena para los idiomas.

-Eso dicen, pero creo que no porque tengo mal oído, me cuesta entender, tengo que prestar mucha atención para aprender. Intento atrapar todo lo que se dice y eso no es bueno. Creo que no soy buena, es más constancia y ganas de aprender que otra cosa.

¿Le resulta fácil cambiar de este acento sevillano en el que estamos hablando al acento euskaldun?

-A mí no me cuesta ningún trabajo, si fuera así de fácil hablar cualquier idioma? Tengo muy interiorizado lo de cambiar de acento, sale automáticamente.

En septiembre vuelve con ‘Tú al norte y yo al sur’. ¿La cara de ETB?

-Ojalá pueda seguir siéndolo, ahora mismo soy una de las caras. Me siento muy a gusto viviendo y trabajando aquí. Una ha creado su hueco y estoy feliz trabajando en Euskal Telebista, me toquen los compañeros que me toquen, me llevo fenomenal con ellos.

Euskera y castellano en ETB-1 y ETB-2, ¿no es difícil estar jugando en dos ligas diferentes?

-En ocasiones es difícil compaginar las dos cadenas o dos programas a la vez aunque sean en la misma cadena, es hacer encaje de bolillos. Pero ojalá me tirase así toda la vida, haciendo encaje de bolillos para poder compaginar más de una cosa.

¿Se va a parecer ‘Tu al norte y yo al sur’ a lo que se vio el año pasado?

-La esencia, sí. Es lo que gustó a la audiencia, los resultados están ahí y para qué cambiar si algo funciona. Pero habrá alguna novedad, lo está llevando la dirección y las desconozco absolutamente. Lo que sí puedo decir es que conoceremos de antemano a los concursantes para no encontrarnos con ellos de sopetón y que no podamos ubicarlos.