bilbao - Quita hierro a los desencuentros que pudo haber cuando grababa Aquí no hay quien viva e interpretaba a Paloma, uno de los personajes centrales de la ficción de Antena 3. Ahora está de nuevo a partir un piñón con los hermanos Caballero, responsables de esa ficción y también la actual de Telecinco Aquí no hay quien viva. La serie ha visto interrumpida su emisión y posiblemente ya no vuelva hasta septiembre pero, de momento, de Loles León solo se ha oído la voz a través de un portero automático. La actriz se convertirá en Menchu en los tres últimos episodios de la novena temporada, y está casi convencida de que volverá a estar presente en la décima. Además, estos días se ha confirmado la participación de León en el programa MasterChef Celebrity de Televisión Española, donde nueve famosos se enfrentarán en la cocina y al jurado compuesto por Jordi Cruz, Samanta Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez.
Su personaje en ‘La que se avecina’ es?
-Menchu, una poligonera, bipolar que hace de madre del personaje que interpreta Miren Ibarguren, la Yoli, la nueva novia de Amador.
Con esta definición seguro que va a ser un peligro de mujer.
-Va a ser divertida y un poco peligrosa, pero no un riesgo mortal para nadie. Menchu va a aportar una dimensión diferente en Montepinar.
¿Le gusta más esta comunidad que la de ‘Aquí no hay quien viva’?
-Bueno, pienso que no son comparables, una era más al uso y los personajes eran extremos pero menos disparatados. ¿La pregunta era?
Si le gustaba más una que otra.
-Son divertidas las dos, me gusta más Montepinar porque es en la que estoy ahora. Es una serie diferente, pero tengo que reconocer que Aquí no hay quien viva me dio mucha vida.
Esta hecha por los mismos profesionales.
-Los hermanos Caballero son estupendos. El equipo es maravilloso.
¿Tenía ganas de trabajar en ‘La que se avecina’?
-Sí. Lo he dicho públicamente. Muchos me hacen esta pregunta y no lo entiendo, no sé a qué viene tanto interés.
Seguro que entiende el interés. Usted se fue de ‘Aquí no hay quien viva’ y hay muchas versiones sobre los motivos.
-Eso pasa siempre. El ritmo era muy alto, yo no me veía bien, llegué al límite de mis fuerzas y no pude aguantar más. Si no estoy perfectamente bien y no lo doy todo, es mejor que me vaya. Nunca me he peleado con ellos, y con José Luis Moreno tampoco.
¿Hubo desencuentros?
-Sí pudo haberlos, no digo que no; se producen porque cada uno está en un camino diferente. Pero no ha habido grandes broncas ni nada por el estilo.
¿Le gustaría tener vecinas como Paloma o Menchu?
-Rotundamente no. Yo no podría tener a ninguna de ellas puerta con puerta. No soy tan torbellino como ellas y no me gusta que nadie ande por mi casa a sus anchas. Me encanta la tranquilidad. Cambiaría de edificio si tuviera que estar con alguna de ellas en la puerta de enfrente.
¿Cómo está la profesión?
-Como el mundo en general, fatal. A nosotros nos ha tocado mucho la crisis porque nuestra profesión es insegura e inestable. No sé cuándo saldremos de esto.
¿Qué más trabajos tiene entre manos?
-He rodado La reina de España, la película de Trueba. Es un filme maravilloso, hecho por todo lo alto y con actores buenísimos. En él he trabajado junto a Penélope Cruz, que está maravillosa y mejor que nunca.
Un reencuentro de actores, ¿no?
-Sí, efectivamente. Esto ocurre dieciocho años después de La niña de tus ojos. Ha sido una experiencia impresionante y maravillosa. Siempre es un placer reencontrarte con gente que ha sido especial para ti en el pasado.
Dos personajes muy diferentes y épocas muy distintas en la televisión y el cine.
-La película está centrada en 1957, habrá diferencias en el vestuario y en los peinados. En La que se avecina mi hija y yo somos dos mujeres de barrio, un poco chonis y muy horteras. En La reina de España, Macarena y Trini (Penélope Cruz y yo) venimos de Estados Unidos y tenemos cierto nivel.
Última temporada de ‘Águila Roja’. ¿Cómo recuerda su paso por esta serie?
-Me encantó, es la serie que me dio la oportunidad de hacer unos registros que no había hecho hasta entonces y de los que creo que no me sacan.
¿Le molesta estar de comedia en comedia?
-No, eso no. Pero es cierto que te encasillan y siempre piensan en mí para comedias.
¿Se sintió bien en el drama?
-Estupendamente. Águila Roja me dio la opción de vivir momentos dramáticos muy bonitos, me hizo sentir muy bien y me vine muy arriba. Tenía de compañero a Carlos Areces, hacía de mi hijo. Lo disfrutamos mucho los dos, me gustó esa producción con verdadera pasión. Hice catorce capítulos que me parecieron deliciosos. Es una serie estupenda y está muy bien hecha, una pena que sea la última temporada.
¿Le gustaría hacer más personajes dramáticos?
-Sí, pero no me llaman, qué se le va a hacer. Póngalo: Quiero hacer más personajes dramáticos. A ver si lo leen y me llaman.
¿Le supone alguna dificultad añadida el drama?
-No. Es cierto que la comedia ni me es difícil ni me cuesta, es algo innato. El drama también lo puedo resolver bien porque me sale de muy dentro.
¿Cuánto tiempo en la profesión?
-Me va a hacer echar cuentas, llevo desde 1970. Son muchos años, cuarenta y pico. Siempre quise ser actriz, desde que tengo uso de razón me he visto cantando y bailando.
¿Tiene origen familiar su deseo de ser artista?
-En mi familia hay mucha gente con talento. Es gente que tiene arte, así que voy a suponer yo que esto que hago es por alguna herencia.
Si volvemos a Montepinar, ¿cree que Menchu continuará en la décima temporada?
-Espero que sí, dependerá del éxito de mi personaje, que se verá en los tres últimos capítulos de esta novena temporada. La serie es un proyecto nuevo para mí. Mi personaje no tiene nada que ver con el de Paloma y estoy feliz de trabajar mano a mano con Miren Ibarguren, que es una gran actriz y le pasa lo mismo que a mí, siempre nos dan personajes extremos en comedia. Pero las dos somos muy dramáticas si nos ponemos a ello.