'Palmeras en la nieve', superproducción ambientada en Guinea Ecuatorial
KILIAN, UN EMIGRANTE DEL PIRINEO OSCENSE SE ENAMORA DE UNA NATIVA AFRICANA Y AMBOS LOGRAN QUE, AUNQUE SEA POR UN TIEMPO, CREZCAN PALMERAS EN LA NIEVE
eL director Fernando González Molina repite fórmula adaptando una novela de éxito a la pantalla. Si en Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti adaptó sendas obras de Federico Moccia, ahora nos presenta una película basada en la exitosa novela de Luz Gabás Palmeras en la nieve.
El trabajo de la escritora cautivó al cineasta: “Cuando terminé de leer el libro tuve la sensación de hacer un viaje increíble en el tiempo y en el espacio [?]. Esa sensación de transportarte a otro lugar, muy lejos de donde estaba en ese momento, es lo que me enamoró, y me hizo desear con fuerza contar esta historia a través de una película. Porque era esa magia la que conectaba con algunas de las historias que me han enamorado desde siempre en una sala de cine. Desde El Imperio del Sol a El Paciente inglés, pasando por Master and Commander o Expiación. Historias más grandes que la vida, que te sumergen en el relato hasta el punto de olvidarte de ti mismo”.
Palmeras en la nieve narra una historia tan épica como intimista, que tiende puentes entre dos tiempos, dos culturas y dos generaciones. En 1953 dos hermanos viajan desde los Pirineos de Huesca hasta la colonia española de Fernando Poo (actualmente Bioko), isla de Guinea Ecuatorial, para trabajar en una plantación de cacao. Allí Kilian (Mario Casas) se enamora de la nativa Bisila (Berta Vázquez), un amor prohibido en un tiempo en el que algunas líneas no se podían traspasar. Medio siglo después, Clarence (Adriana Ugarte) descubre de forma accidental una carta olvidada durante años que la empuja a viajar desde las montañas de Huesca a Bioko.
Allí pretende conocer la tierra en la que su padre Jacobo (Alain Hernández) y su tío Kilian pasaron la mayor parte de su juventud, y así intentar resolver los enigmas familiares. En medio de un territorio exuberante, seductor y peligroso, Clarence descubre el secreto de una historia de amor imposible enmarcada en unas turbulentas circunstancias históricas que alcanzan al presente.
Gran producción Palmeras de nieve ha contado con un presupuesto de 10 millones de euros, el mayor de los últimos años de una película rodada en castellano. El rodaje tuvo lugar en Gran Canaria, Colombia y Huesca. Incluye más de 500 planos con efectos digitales y utiliza sonido Dolby Atmos.
El guion es obra de Sergio G. Sánchez, autor de guiones de películas tan exitosas como El Orfanato, Spanish Movie y Lo imposible. El reparto está encabezado por Mario Casas y Adriana Ugarte. El actor ya ha trabajado en otros tres largometrajes de González Molina (Fuga de cerebros, Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti) y ambos han participado en la serie El barco. Por su parte, Adriana Ugarte es uno de los rostros más populares de la televisión, tras sus intervenciones en series como La señora, Niños robados y El tiempo entre costuras.
Palmeras en la nieve ha obtenido cinco nominaciones a los Premios Goya 2015: mejor dirección de producción, mejor dirección artística, mejor diseño de vestuario, mejor maquillaje y peluquería y mejor canción original para un tema interpretado y compuesto por Pablo Alborán en colaboración con Lucas Vidal, autor de la música de la película.
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