Los visitantes de la torre Eiffel cuentan desde ayer con un aliciente más: en la primera planta de la Dama de hierro se han instalado suelos transparentes y quienes los pisan tienen la sensación de estar flotando sobre París. Esta atracción se encuadra dentro de un plan de remodelación que ha supuestos una inversión de 25 millones de euros.

Las obras de remodelación se iniciaron en 2011 y ayer fueron inauguradas parte de ellas con la presencia del arquitecto que las ha diseñado y de las autoridades parisinas, con su alcaldesa Anne Hidalgo a la cabeza. El suelo transparente de la primera planta, situada a 54 metros de altura, es la actuación más espectacular del proyecto. El objetivo de los impulsores de este ha sido hacer más atractiva esa planta, en la que hasta ahora solo se detenía la mitad de los siete millones de visitantes anuales de la torre Eiffel. Para ello, además de modernizar las tiendas, restaurantes y espacios de conferencias que ocupan 5.000 metros cuadrados, el arquitecto Alain Moatti ideó un suelo transparente que cubre parte del espacio central de piso. No toda esta zona central será cubierta, pero el arquitecto decidió rodear el espacio abierto con paneles inclinados, también transparentes, para acercar lo máximo posible al turista la sensación de estar suspendido sobre la ciudad.

El arquitecto ha querido dar un toque de modernidad al primer piso, sin perder el espíritu del que le dotó Gustave Eiffel cuando la concibió para la Exposición Universal de 1889.

Autoabastecimiento Junto a las vistas panorámicas, las obras han permitido también renovar los dos grandes espacios cerrados de la planta, así como el restaurante, todo ello con una preocupación por la transparencia de los muros. La sala de recepción Gustave Eiffel ha sido totalmente renovada y ofrecerá otra visión a modo de vitrina sobre la ciudad.

El espacio Ferrié también ha sido modificado, para seguir albergando una cafetería y una tienda, además de un baño “con vistas a París”, tal y como recalca el arquitecto. Todos estos pabellones están pintados del color original de la torre. Junto a todo ello, se han introducido cuatro paneles solares y otros tantos molinos eólicos para producir hasta 8.000 kilovatios al año, lo que permitirá cubrir la mitad de las necesidades de agua caliente de sus baños. La torre Eiffel tiene ya un atractivo más para los visitantes.