"Con cuatro años me daba miedo el Gargantúa, no sabía por dónde iba a salir"
Bilbao. La vida le ha enseñado a este caballero de pelo canoso y sonrisa contagiosa que hay que aprender a valorar mucho más lo que tenemos. "Todo es tan fugaz y vivimos la vida tan rápido que no nos da tiempo de saborearla", apunta Isidro Elezgaray. El director de relaciones Externas de Laboral Kutxa lleva meses tachando de su calendario los días para ponerse el traje festivo y disfrutar al máximo de su ciudad en Aste Nagusia. Su única pena este año es que el txupin de inicio de fiestas lo tendrá que ver desde lejos. "Pero no me la voy a perder por nada del mundo; lo veré a través del ordenador", comenta Elezgaray que hace una parada en la conversación para recordar aquellos nueve días que vivió siendo pregonero de Aste Nagusia 2010. "Fue un orgullo y maravilloso", cuenta.
Ay, lo bien que le quedaba el bicornio y la americana amarillo chillón...
(Risas). Estaba interesante, ¿eh?
Mucho.
Lo que sudé en aquellas fiestas; y yo de un lado al otro sin parar con mi chaqueta. Sobreviví bebiendo agua y comiendo frutos secos.
¿Es coqueto?
Bueno, soy un poquito. Soy también pijo. Me gusta ir con mi americana azul, mi camisa y mi pañuelo de baldosa de Bilbao. En fiestas iré así.
Porque yo lo valgo, ¿eh?
Es que soy de Bilbao, pues.
No será de los que se suben a Artxanda para ver la ciudad sin él, ¿no?
Claro. De hecho ya lo he hecho.
¿Y qué ve?
Un vacío... Encuentro una ciudad muy triste aunque hay muchos golfos como yo... (Ja, ja).
Es que Isidro es la alegría de la huerta y el perejil de todas las salsas.
Qué va... Después de haber sentido en carne propia lo que es perder a alguien querido y ver que la vida pende de un hilo, intento disfrutar de cada instante.
¿Es llorón?
Uf, mucho. Soy un cinturón negro muy llorón.
¿Para sortear los malos momentos qué es lo mejor?
No perder nunca la esperanza. Yo he pasado muy malos tragos y nunca la he perdido, ni tampoco la sonrisa.
¿Aunque cueste?
Siempre hay que intentarlo.
¿Cómo está viviendo todos los casos de desahucios que se están dando?
Mal. Estamos viviendo uno de los momentos más complejos y difíciles de la historia. Se están construyendo los mimbres de un nuevo mundo, basado en la solidaridad.
Algo positivo.
Sí. Esta crisis nos ha enseñado a ser más solidarios y menos egoístas. La solidaridad nace desde la pobreza y cuando vemos que el de al lado necesita apoyo, se lo damos.
Mi amama decía: 'Manos que no dais qué esperáis'...
... Y mi aitite decía que para recoger hay que sembrar. Grandes frases que hoy cobran más sentido.
¿Para Isidro qué es la felicidad?
Disfrutar de las pequeñas cosas que nos regala la vida. Hay que tener los ojos abiertos para captarlos.
¿Fue un niño bueno?
Sí, pero fui travieso. Todavía recuerdo cuando con 14 años iba a clase con pantalón corto... ¡Qué vergüenza pasaba!
¿Ha cerrado la agenda para fiestas?
No. Me sumo a Aste Nagusia el 19 de agosto y todo irá según la marcha. El 20 iré al estreno del espectáculo de las Txirenitas y, después, tengo mis sitios fijos, como el Ein Prosit donde se reúnen muchos y grandes amigos.
Toros, bilbainadas, fuegos...
¡Fuegos! Claro, me encantan. Bilbao ofrece muchos actos y todos gratis para disfrutar en pareja, en familia, como el día de gigantes y cabezudos.
¡Huy cabezudos, qué miedo!
A mí con cuatro años me daba mucho miedo el Gargántua, eso de meterme por la boca y no saber por dónde iba a salir me daba terror.