bilbao. Juan Ribó da vida a Francisco, un cliente de la Galería Vélvet que se enamora de una de las empleadas. Esta serie, que se estrenará la próxima temporada, en Antena 3, narra la historia de amor entre Ana y Alberto, personajes interpretados por Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre. El veterano actor cuenta a lo largo de la entrevista cómo ve el mundo del teatro y de la televisión y las dificultades a las que se enfrentan los medios de ficción. Nació en Amán (Jordania) y ha vivido en distintos países siguiendo la ruta de su padre que era diplomático. Explica las ventajas pero también los aspectos que no son tan positivos como pueden ser el desarraigo o no tener a mano a esos amigos de infancia. No rehúye hablar de su pareja, Pastora Vega, con quien inició una relación en 2009 que hizo correr ríos de tinta en los medios que se dedican a la crónica rosa. Señala que es bueno pertenecer a la misma profesión y compartir los momentos buenos y malos que se dan en ella.

¿Cómo es su personaje en 'Galerías Vélvet'?

Yo soy un cliente, tengo una posición y me enamoró de una costurera de las galerías. Yo le hago favores pero tengo mis intenciones.

Así que no es trigo limpio.

No, para nada, el problema es que al estar tan encaprichado yo tiendo las redes y el personaje que interpreta Manuela Vallés cae en ellas.

¿Es el malo de la serie?

No, tampoco es una serie de malos y buenos. Es una ficción que tiene una potente historia de amor, la que viven los personajes de Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre. Ellos son Ana y Alberto y están enamorados desde que son unos niños, pero habrá muchas cosas por medio que darán vida a esta historia.

Siempre he pensado que era un actor más de teatro que de televisión.

El teatro es un medio importantísimo en la vida de un actor, pero la profesión está hecha de proyectos y los proyectos pueden surgir en cualquier medio. Me gusta la televisión cuando apuesta fuerte y valientemente como con Galería Vélvet. Estoy seguro que cuando los espectadores vean la serie reconocerán el esfuerzo que hay en ella y el talento de los que ha creado la historia.

Tiempos difíciles para hacer producciones de ficción.

Siempre han sido tiempos difíciles para los actores, nunca es fácil, lo que ocurre es que con lo del IVA y todas estas historias se hace más duro montar una función. Hay que seguir adelante y hacer lo que está en nuestras manos para poder seguir contando historias.

Nació en Amán (Jordania)?

No solo nací allí, me bautizaron en río Jordán. Viví allí durante nueve años, fue un sitio mágico. Toda mi vida he estado viajando por la profesión de mi padre. Soy hijo y nieto de diplomáticos.

El Congo, París, Camboya, México? La primera parte de su vida tiene que ser emocionante y enriquecedora.

Es tanto una cosa como otra. Vas aprendiendo de diferentes culturas, vives en mundos distintos al tuyo de origen y te enriqueces, tienes la mente más abierta, vives experiencias que otros no han vivido? estoy de acuerdo contigo en lo de emocionante y enriquecedora pero también tiene otros aspectos que no son tan favorables.

¿Qué aspectos no resultan tan favorables?

No tienes anclajes. No existe ese colegio al que has ido siempre y que es un punto de referencia. Tampoco tienes al lado a los amigos de la infancia, esos que han compartido muchas cosas desde que eres un niño? No hay paisajes comunes con las personas que ahora te rodean. Por una parte tienes la visión más abierta del mundo al haber cambiado de país durante tu infancia, pero por otra tienes el desarraigo, la falta de lazos con otras personas.

¿Dónde y cuándo descubre que quiere ser actor?

Desde niño, me gusta disfrazarme y es algo que sorprende a los demás. No era muy habitual tener esas aficiones. Estudiando en París, en el Liceo, destaco haciendo teatro e interpretando. Los franceses en eso son muchos más abiertos que en otros sitios y los tutores les dicen a mis padres que están de suerte porque, si bien es verdad que no soy un buen estudiante, pude dedicarme a la interpretación.

¿Qué le gusta de la interpretación?

Todo, me fascina todo lo que se mueve alrededor del mundo interpretativo; la construcción de unas historias que tú puedes contar, cómo el público se siente atraído por algo que tú les das. El crear personajes, el identificarte con esos papeles que a veces están a años luz de lo que tú eres o tú sientes. Todo se mueve en un entorno de magia.

¿Sabe desconectar de sus personajes?

Yo a mis personajes les pongo toda mi alma, les doy todo lo que tengo porque una vez que los acepto siento por ellos una verdadera pasión, pero llega un momento en el que tienes que guardarlos, dejarlo, hacer otras cosas, desconectar.

Usted es pareja de Pastora Vega?

Sí, creo que eso a estas alturas lo saben todos, ja, ja, ja?

¿No resulta difícil desconectar cuando hay dos personas que se dedican a lo mismo?

En absoluto. Además, el vivir los dos la misma profesión nos lleva más a analizar los personajes, a apoyarnos el uno al otro, a saber cómo se afrontan las dificultades? Los dos estamos en el mismo barco. No es difícil una relación de pareja en la misma profesión, yo creo que puede ser muy placentera, así lo vivimos Pastora y yo.

¿Y trabajar juntos?

Es una experiencia impresionante. Espero que podamos volver a hacerlo de nuevo y que no tardemos mucho. Pastora fue muy valiente cuando aceptó hacer la obra de teatro Una relación pornográfica.