Bilbao

No hubo redobles de tambor, pero a poco más y le aplauden con las aletas. David Calvo, un bilbaino de 24 años, logró resolver ayer en apenas 76 segundos dos cubos de Rubik sumergido con seis tiburones en un acuario de Benidorm. Pero lejos de intimidarle, los escualos le hicieron sentirse como en su casa. "En ningún momento he sentido miedo ni respeto. Más bien al contrario. Estás en su hábitat con ellos y te sientes como uno más, muy relajado y seguro. Es algo muy curioso", comenta a DEIA horas después de haber superado su reto.

En su particular medallero, este estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones tiene colgados dos campeonatos de España de cubo de Rubik y cuatro récords Guinness. El último de ellos lo batió el pasado mes de abril en Roma, donde consiguió resolver simultáneamente, en 84 segundos, dos cubos bajo el agua. En esta ocasión ha decidido echarle más agallas. "Se buscaba rizar el rizo e ir un poco más allá con las bombonas y los tiburones", explica desde el parque Aqua Natura Benidorm, escenario de la prueba.

Aunque era la primera vez que nadaba entre escualos, en ningún momento perdió la calma. Y eso que algunos de los ejemplares superaban los dos metros de longitud. "Lo más complicado, sin duda, ha sido el tema del submarinismo. Tener la botella y tener que respirar sólo por la boca es quizá lo que más me ha costado, porque resolver los cubos es algo a lo que estoy acostumbrado", asegura. No en vano ha llegado a descifrar 185 rompecabezas de este tipo en una hora, por lo que ostenta otro de sus Guinness.

Tras enfundarse en el traje de neopreno y batir su propia marca -completó la prueba en ocho segundos menos que cuando la realizó, en apnea, en Italia- David se dio el gustazo de "pasear" unos minutos por el fondo del acuario, donde conviven, entre otras especies, rayas, doradas, lisas y lubinas. "Hemos estado nadando cerca de los tiburones y hemos ido donde estaban ellos durmiendo", relata este joven al que le regalaron su primer cubo de Rubik siendo un adolescente y que ya tiene coleccionados novecientos.

Con una mezcla de espíritu aventurero y afán de superación, David ya está dándole vueltas al próximo reto. Tengo en mente desde hace tiempo saltar en caída libre desde un avión... haciendo el cubo, claro", apostilla, como si lanzarse al vacío fuera poco complicado de por sí. "Soy una persona a la que le gusta probar y hacer cosas nuevas y realmente no tengo miedo a nada", dice con naturalidad, sin fanfarronear. De hecho, no suele entrenarse para afrontar sus desafíos. "Me tiro a la piscina y nunca mejor dicho".