Jamás se pudieron imaginar los primeros exploradores que llegaron a las Américas que se encontrarían con uno de los productos "más deseados" en la actualidad. El chocolate contiene elementos nutritivos altamente beneficiosos para el organismo. Además, alegra el alma y lo que no es el alma. Los estudios han demostrado que el chocolate es afrodisíaco. Cuenta la leyenda que la francesa Madame du Barry servía chocolate a todos sus amantes antes del acto sexual. El mismísimo Casanova declaró que se trataba de una bebida mucho más vigorizante que el champagne y, por eso, tomaba chocolate antes de yacer con sus concubinas.
Levanta el ánimo. Está claro. "El chocolate excita, pero no es como el café, que te puede llegar a quitar el sueño: el chocolate te hace sentir placer. Hay mucha gente que lo degusta, por norma, antes de meterse en la cama", asegura Pere Rosell, experto chocolatero de la Fundación Livanía que ayer ofreció, en la recién inaugurada pastelería Bizkarra en la calle La Cruz de Bilbao, una sabrosa y dulzona cata de chocolates. "Este dulce es un gran desconocido. Intentamos educar a los clientes para que aprendan a saborearlo y a apreciarlo", explica.
Todos los momentos son buenos para darle un gustazo al cuerpo. Eso sí, tal y como aconseja el experto chocolatero, a esta práctica hay que ponerle los cinco sentidos. "Como a cualquier otra cosa", afirma. Para saborearlo y apreciar cada una de las esencias es imprescindible colocar las coberturas de chocolate entre el paladar y la lengua, y dejar que se funda lentamente sin morderlo. "La lengua ocupa un papel importante. Tiene que trabajar para percibir los sabores (ácido, amargo, dulce, picante). Una vez que el chocolate se ha fundido hay que respirar hondo y sentir...", aconseja Rossel.
chocolate con picante Los matices son innumerables y las combinaciones, infinitas. Con vainilla, canela, jengibre, comino, anís, barro, té, Coca-Cola, semilla de amapola, pistachos verdes... y así hasta más de cien. Hay chocolate con picante, con yogur, con madera húmeda y con regaliz... Sobre gustos no hay nada escrito y el cacao se puede mezclar con casi todo. Antiguamente se creía que el chocolate tenía poderes y que daba fuerza y vigor sobre quienes lo bebían, ya que estaba constituido por una mezcla de vino o puré fermentado, con el agregado de especias, pimentón y pimienta. "Lo mejor para levantar el ánimo es el chocolate con picante. Esta especie desaparece al contacto con el cacao, pero hace más intenso el sabor y, por supuesto, el efecto", relata el experto.
El dios Quetzacoatl era el jardinero del paraíso y allí cultivaba el cacahuaquahilt, que a su vez era el árbol que brindaba el vigor y la fortuna. De sus semillas se podía hacer el chocolate, una bebida reservada a los príncipes. "Eso es pasado. Ahora una taza de chocolate está al alcance de cualquier bolsillo, no es un manjar reservado para la realeza".
Pere Rossel, que lleva más de quince años en esta profesión, se decanta por el chocolate negro, con 75% de cacao. "No hay chocolates malos, todo depende de la calidad del cacao. A mí me gusta el chocolate fuerte. El blanco es para los más dulzones", afirma, mientras destaca que a las personas a las que no les gusta el chocolate tienen un "carácter agrio, son personas serias". ¿Casualidades de la vida? "No será matemático, pero los chocolateros llevamos otra alegría en la cara. Somos más felices", comenta Rossel con una sonrisa.
Eso sí, el chocolate también engorda: solo o con pan, da igual las combinaciones. "Lo único que no engorda es el agua y todo lo que queda en el plato", dice el experto. Es cuestión de no abusar. Pero entre los mitos que han sido desmentidos está el hecho de que este dulce provoque la aparición de granos. "Eso no es verdad", dice Rossel. Además, muchos especialistas aseguran que ninguna dieta equilibrada debería verse exenta de este "dulce manjar".