Casi el 14% de los españoles mayores de edad sufre diabetes tipo 2 (DM2). De ellos, más del 40% desconoce que padece la enfermedad. Así lo asegura el estudio Di@bet.es, realizado antes de la pandemia, por la Sociedad Española de Diabetes (SED) conjuntamente con el Centro de Investigación Biomédica en Red (ciberdem). Concretamente, en Euskadi, la prevalencia de la diabetes tipo 2 es del 10,6% y el 21,6% de la población tiene algún tipo de alteración del metabolismo de la glucosa. Son cifras que representan el reflejo de una sociedad cada vez más sedentaria y con peores hábitos alimentarios. Pero, sobre todo, son cifras que evidencian la falta de conocimiento acerca de esta enfermedad silenciosa, por lo que el control y seguimiento médico son clave para poder prevenir problemas mayores.

Hábitos y riesgos

La DM2 es la forma más común de diabetes, ya que representa entre un 85% y un 95% del número total de casos de diabetes en los países desarrollados. Al no reflejar síntomas muy evidentes, las personas con diabetes tipo 2 pueden llegar a pasar mucho tiempo sin saber de su enfermedad, por lo que el diagnóstico puede llegar tarde, y esto suele ocurrir cuando aparecen las primeras complicaciones. Su origen se debe, principalmente, a la asociación de la resistencia a la acción de la insulina en el músculo y el hígado, junto con la disminución de la secreción de insulina por el páncreas. Además, hay varios factores de riesgo importantes que favorecen la aparición de la enfermedad, como la obesidad, el sedentarismo, la mala alimentación y la falta de ejercicio físico.

En la gestión de la diabetes tipo 2 es fundamental que las personas que la padecen sean conscientes de su enfermedad y de aquellas acciones que pueden ayudarles a reducir sus riesgos. Y es que, la DM2 es una enfermedad crónica, no se cura; sin embargo con las pautas oportunas y un adecuado seguimiento se puede convivir con ella. Para conseguirlo de forma exitosa los expertos señalan que es esencial un buen seguimiento médico y que los pacientes tengan un papel activo y tomen las riendas de su patología.

Una correcta alimentación y ejercicio físico son también fundamentales para el abordaje de esta enfermedad, ya que, junto al seguimiento médico, son clave para el tratamiento de las personas que ya tienen DM2. Tal y como detalla el presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED), el Dr. Antonio Pérez, "una pérdida de peso importante puede reducir las complicaciones de la enfermedad e, incluso, llegar a su remisión". No obstante, cuando la enfermedad no está bien controlada puede ser necesario recurrir a la administración de fármacos.

Otro de los peligros de la enfermedad es el desconocimiento por parte de la población de los riesgos que puede comportar. En este sentido, según los datos extraídos de la Encuesta Creencias y Actitudes sobre la Diabetes, realizada por la Alianza por la Diabetes de Boehringer Ingelheim y Lilly, solo el 14% de los pacientes con DM2 asocia su enfermedad con el riesgo cardiovascular y solo el 3% de las personas que tienen la patología asocia los infartos con la diabetes tipo 2.

Uno de los principales problemas de la diabetes tipo 2 es su alta correlación con enfermedades cardiovasculares, una información relevante ante la proximidad del Día Mundial del Corazón. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 50% y el 80% de los pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2 fallece por problemas de corazón, como infartos de miocardio o ictus. Y es que, cuando una persona con diabetes sufre una enfermedad cardiovascular, su riesgo de morir se multiplica por dos comparado con quienes no tienen ninguna de las dos patologías.

Las complicaciones renales también son muy comunes en pacientes con diabetes tipo 2. Incluso, son, junto a las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en estas personas. Y es que los sistemas cardiovascular, renal y metabólico están interconectados y las complicaciones que puedan surgir en uno de los órganos pueden afectar a los demás. Cualquier diabetes mal controlada puede acarrear grandes complicaciones con riesgo de muerte a pesar de que las más conocidas por la población son los problemas de visión o las amputaciones.

De hecho, alrededor de 25.000 personas mueren al año por diabetes, según datos de la Federación Internacional de la Diabetes. En esta línea, la pandemia de la covid-19 ha afectado negativamente en la aparición de nuevos casos y el agravamiento de los existentes. El Dr. Javier Diez, presidente de la Fundación RedGDPS, dedicada a la formación de profesionales de la salud en esta enfermedad, señala que "la situación provocada por la pandemia ha hecho que muchas personas que ya tenían cuadros de prediabetes hayan alterado sus patrones de alimentación y ejercicio físico, descontrolando así sus niveles glucémicos".

Divulgación

Tal y como lo ve Diez, "muchas veces se entiende como una patología de personas mayores y pasa más desapercibida socialmente. En esta línea, las asociaciones juegan un papel fundamental". "A veces, los centros de salud se ven colapsados y en las asociaciones contamos con nutricionistas y expertos", explica el presidente de la Federación Española de Diabetes, Juan Francisco Perán.

Destacan también iniciativas de divulgación social como 'Es diabetes. Es tu vida', de la Alianza por la Diabetes, impulsada por Boehringer Ingelheim y Lilly, que cuenta con el apoyo de FEDE, SED y RedGDPS. "La idea es concienciar a la sociedad y a los profesionales sanitarios de que esto es un problema serio. Es muy importante que aquellos que tienen una glucemia alterada no pasen a tener diabetes y que aquellas personas que ya tienen diabetes sean tratadas desde el principio para que no lleguen a desarrollar complicaciones. Se trata de correr el reloj hacia atrás de manera que podamos intervenir antes", remarca el presidente de la Fundación RedGDPS.