Pese a la información repetida hasta a saciedad, según el III Estudio CinfaSalud Percepción de hábitos de la población española en torno al resfriado y a la gripe, una de cada diez personas las confunde todavía. Para el doctor Maset, médico de Cinfa, “las molestias derivadas de ambas dolencias son fáciles de confundir porque las dos afectan a las vías respiratorias y los primeros síntomas pueden ser similares”. Pero mientras el resfriado o catarro es una patología leve, la gripe, en algunos casos y sobre todo en personas mayores o con patologías crónicas, puede derivar en complicaciones como la bronquitis o la neumonía. Por ello, el doctor Maset hace especial hincapié en la importancia de saber distinguirlas para tratarlas de manera correcta.

Aunque las dos duran entre una semana y diez días, el periodo de incubación de la gripe (de 48 a 72 horas) es mayor que el del resfriado (de 18 a 36 horas). Además, la mayor diferencia radica en sus síntomas. “Las gripes cursan con fiebre alta, que puede aparecer de forma brusca y alcanzar hasta los 40”, indica el experto de Cinfa.

Sin fiebre no hay gripe

Otros de sus síntomas más comunes son dolor muscular, de cabeza, cansancio intenso, debilidad y y malestar general. No es frecuente la congestión nasal, ni los estornudos, y la tos suele ser seca. En cambio, los resfriados se caracterizan por los típicos estornudos, tos con mucosidad, congestión nasal con moco fluido, acuoso y abundante, picor de garganta y ojos llorosos. “Aunque también hay malestar, el cansancio suele ser leve o moderado y la fiebre es inusual o baja”, añade Maset.

¿Cómo se pueden aliviar ambas dolencias? El reposo es la mejor solución, unido a una buena hidratación y fármacos adecuados, que tiene que recetar el sanitario. Para el doctor Maset, la clave está en tratar bien los síntomas para frenar la propagación de los resfriados y la gripe. Porque, tal y como sostiene este experto, costumbres tan fáciles como lavarnos las manos con frecuencia, evitar ambientes fríos, así como tomar mucha fruta y verdura, podría ahorrarnos muchos resfriados, y no solo a nosotros, sino a nuestro entorno.

Estos son algunos consejos para prevenir y aliviar los síntomas de resfriado y gripe:

1. Evita el contacto directo o muy cercano con personas que estén enfermas. Un poco de distancia y hábitos higiénicos son muy efectivos para evitar el contagio. Extremar la limpieza doméstica y ventilar adecuadamente la casa, local u oficina en estos días es muy aconsejable.

2. Lávate las manos con frecuencia. Hazlo con agua y jabón durante al menos quince segundos, poniendo especial atención a la zona entre los dedos y debajo de las uñas, y siempre que tosas o estornudes en la mano desnuda. También conviene limpiar las superficies de la casa con productos antibacterianos.

3. Cúbrete al estornudar y toser. Evita estornudar o toser al aire o tapándote con las manos, una práctica muy extendida. Los virus se transmiten por las pequeñas gotitas que se expelen en la tos o estornudo, de ahí la enorme importancia de lavarnos las manos y cubrirnos la nariz y la boca con un pañuelo desechable que debemos tirar a la papelera inmediatamente después de toser o estornudar. Además, evita tocarte a menudo ojos, nariz o boca, especialmente si las manos han estado en contacto con superficies contaminadas.

4. Huye de los ambientes fríos, húmedos o con humo. Dado que estos virus prefieren las bajas temperaturas y la humedad, evita la exposición prolongada al frío, así como cambios bruscos de temperatura y las bebidas excesivamente frías. Deja de fumar, porque el tabaco irrita todavía más la garganta y las mucosas, al igual que respirar el humo de otros fumadores.

5. Guarda reposo cuando estés enfermo. Dormir las horas necesarias, al menos 7 u 8 diarias, permite que el organismo recupere fuerzas, especialmente si se presenta fiebre.

6. Incorpora vitaminas y minerales a tu dieta. Las frutas y verduras son fuente de vitaminas y minerales que ayudan a desarrollar defensas. Potenciarlas en tu alimentación te ayudará a recuperarte más rápido.

7. Bebe líquidos con frecuencia. Agua, zumos y sopas no demasiado calientes ayudan a eliminar la mucosidad, previenen la deshidratación y alivian el dolor de garganta. Evita las bebidas alcohólicas, sobre todo porque pueden producir una falsa sensación de calor y exponerte inadecuadamente al frío.

8. Haz gárgaras con agua caliente, limón y miel. Su acción emulgente calma el dolor de garganta. A pesar de la creencia popular, es preferible emplear agua frente a la leche con miel, ya que los lácteos pueden aumentar la mucosidad.

9. Recurre a los lavados nasales. Hazlos con esprays de agua marina o agua con sal. También puedes realizar aspiraciones con vahos de eucalipto. En el caso de niños pequeños, es recomendable el lavado nasal con suero fisiológico quince minutos antes de las comidas y antes de ir a dormir, para que puedan descansar correctamente.

10. No consumas antibióticos si no te los receta el médico. Además de que no son efectivos contra el catarro y la gripe, ya que están causado por virus y no por bacterias, utilizarlos de manera incorrecta o frecuente puede provocar un aumento de las resistencias bacterianas y comprometer la eficacia futura de los antibióticos. No obstante, consulta al médico o farmacéutico acerca de antigripales, descongestivos o analgésicos que alivian los síntomas de estas afecciones.