a menos de 90 kilómetros de Bilbao y rayando con la muga de Araba se levanta el Monumento al Pastor del desfiladero de Pancorbo, en el término de Ameyugo. El tributo, de gran formato y centrado en el mundo del pastoreo, se inauguró en 1961 y era de visión obligada por miles de vascos al estar situado a pie de la carretera. Su inauguración y financiación tuvieron sabor vasco.

El monumento, que incluye tres esculturas dedicadas a la figura del pastor, del zagal y del perro que le suele acompañar con los rebaños, está situado en la pequeña localidad burgalesa de Ameyugo, sita a 555 metros de altitud en la comarca del Ebro, a orillas del río Oroncillo, lindando con La Rioja. El monumento era de visión obligada por los vascos que, hace décadas, se dirigían en dirección a Burgos por la N-I.

A solo cuatro kilómetros de Pancorbo y su desfiladero, y a 88 de Bilbao, el monumento se encuentra ahora casi escondido, ya que la autopista actual lo ha alejado unos diez kilómetros de las vistas de los automovilistas. Perfectamente señalizado y situado en el kilómetro 307 de la carretera nacional, en un alto conocido como La Picota, cuenta la historia que se levantó en 1961 en homenaje a un pastor que resultó abatido por un rayo durante una tormenta.

Obra del artista cántabro Víctor de los Ríos, famoso por sus creaciones relacionadas con los pasos de la Semana Santa, fue levantado por cuestación popular en Ameyugo aunque el pastor fallecido fuera palentino. Entre sus tres estatuas destaca la del pastor, que mide siete metros de altura y aparece con una oveja en brazos, de dos. Ya solo el pie del pastor tiene un metro de longitud. Además, el paraje incluye una enorme escultura de un perro pastor y otra de un zagal (el niño que acompañaba a los pastores, que saluda con una boina), esta última más cercana a la carretera.

sabor vasco

La obra se completa con una pequeña capilla horadada en una gruta. Al parecer, el pastor se intentó guarecer de la tormenta en ella. Inaugurado en 1961 con gran afluencia de público, se dice que la velada incluyó una exhibición de los perros pastores que habían ganado el Concurso Internacional de Oñati de ese año. Además, a la inauguración acudieron rancheros vascos residentes en California. Según algunas fuentes, ellos abonaron el dinero para la estatua del zagal.

La zona cuenta con aparcamiento, un camping, un merendero, un espacio natural con bellos parajes y un negocio de restauración que permite comer a la carta e, incluso, abandonarlo chupándote los dedos tras un sencillo y delicioso plato de huevos fritos, patatas y morcilla.