cUNA de marinos legendarios como Churruca, Mutriku es una atalaya perfecta de la costa de Gipuzkoa y ofrece múltiples excusas para visitarla, como sus calles empinadas, su casco histórico calificado como conjunto monumental, el puerto, sus elegantes palacios y su gran oferta de ocio activo, que incluye dos piscinas naturales y rutas senderistas.

Localidad más occidental del litoral guipuzcoano y edificada sobre una pendiente que desciende del monte Arno (628 metros), esta pintoresca villa pesquera, cuna de los eminentes marinos Antonio Gaztañeta y Cosme Damián Churruca y del músico JC Pérez (Itoiz), fue fundada a comienzos del siglo XIII y aún conserva su trazado medieval y vestigios de sus antiguas murallas.

Su casco histórico, declarado conjunto monumental en 1995, destaca por sus estrechas e inclinadas callejuelas, en las que el visitante puede conectarse con la larga historia de la villa tras dejar atrás el puerto pesquero, uno de los más antiguos de Gipuzkoa. Durante años, sus habitantes se han dedicado a la pesca de la ballena y, todavía hoy en día, muchos continúan con la actividad pesquera y sus industrias derivadas.

En el casco, el visitante tendrá la posibilidad de descubrir bellos palacios y torres de los siglos XV, XVI y XVII, entre los que destaca el palacio Galdona, monumento histórico-artístico. Bello edificio del siglo XVII, es una construcción barroca con balcones forjados, ornamentados aleros y un bello escudo de armas situado en la esquina de su primera planta. Está ubicado en la plaza Txurruka, con su correspondiente escultura dedicada al marino local héroe de la batalla de Trafalgar.

IGLESIA DE LA ASUNCIÓN

En la misma plaza principal se ubican también la casa consistorial, la taberna Aranzubi, donde comer es todo un placer, y la iglesia neoclásica de la Asunción, catalogada como monumento nacional. Es uno de los máximos exponentes del neoclásico guipuzcoano, fue diseñada por el arquitecto Silvestre Pérez, y su construcción se extendió entre 1803 y 1843. En su interior se puede encontrar un lienzo de Francisco de Zurbarán.

Mutriku, que también ofrece otros palacios destacables como los de Zabiel y Montalibet, y elegantes casonas en el caso de Gaztañeta y Olazarra, destaca asimismo por su entorno natural. Desde los barrios de Laranga y Galdona, por ejemplo, se pueden contemplar preciosas vistas de la montaña y el mar. Aunque fuera del casco, el barrio de Astigarribia guarda un auténtico tesoro como la iglesia de San Andrés (siglo XI), la más antigua de Gipuzkoa; y Olatz, situado en el interior, es un barrio conocido por sus numerosas cuevas y caleros.

Además, en Mutriku se pueden llevar a cabo actividades diferentes y variadas, desde visitas guiadas a sesiones de buceo, excursiones a caballo o disfrutar del surf. Los aficionados a la naturaleza pueden cubrir el GR-212 Sendero Talaia, en dos etapas, de Deba a Mutriku y de allí hasta Saturraran, y bañarse en las playas locales o en las dos únicas piscinas naturales de agua marina de la costa guipuzcoana, de carácter gratuito y cercanas al puerto.