DEMÁS de la capital de la Rioja Alavesa, sinónimo de buen vino, Laguardia es una bellísima villa medieval que conserva el hálito del pasado en sus calles, iglesias y edificios, reclamo que se amplía con su excelente oferta enogastronómica, en la que destacan las visitas guiadas a sus bodegas, muchas de ellas subterráneas.

La apertura de las fronteras de la CAV ha vuelto a poner en el mapa a Laguardia, destino seguro de cientos de vizcainos en las semanas próximas, Semana Santa mediante. Villa medieval y capital de Rioja Alavesa, fue fundada en el siglo X como defensa del Reino de Navarra y conserva casi intacto su trazado medieval. Se trata de una villa amurallada que en el pasado fue importante atalaya, pero que ahora se abre amable a los visitantes.

El trazado medieval de las estrechas calles de Laguardia, las puertas de acceso a la villa y los restos de murallas que aún quedan trasladarán al visitante en el tiempo, lo mismo que los restos del neolítico o de la edad del bronce que se encuentran en las cercanías y que son los más antiguos de comunidades agrícolas descubiertos en Euskadi.

En sus calles destaca una de las joyas del arte vasco debido a su pórtico. Es la iglesia de Santa María de los Reyes, cuyos vestigios más antiguos datan nada menos que del siglo XII y cuyo pórtico fue policromado por Juan Francisco de Rivera en el siglo XVII. Debe visitarse también la iglesia de San Juan Bautista, que cuenta con interesantes piezas de arte religioso como el retablo Mayor, una espectacular pieza barroca.

Además, Laguardia está repleta de espléndidos edificios medievales, renacentistas, barrocos y neoclásicos, entre los que destaca la Casa de la Primicia, del siglo XIV, el edificio civil más antiguo de la villa.

VINO Y BODEGAS

Allí, en el número 78 de la estrecha calle Páganos, en la Casa de la Primicia, se ubica una bodega con siglos de historia detrás, la que sirvió como gasolina para propagar el negocio del vino en la villa y toda Rioja Alavesa. Y es que Laguardia está minada por las bodegas. De hecho, se encuentran sin buscarlas, ya que los sótanos de la mayoría de los establecimientos hosteleros cuentan con una.

El vino es el producto que ha marcado la vida y la historia de Laguardia, así que no se puede dejar de probarlo en unas bodegas que, en muchos casos, presentan estilos arquitectónicos de vanguardia. La oferta de visitas guiadas, incluso en estos tiempos de pandemia, es elevada, y contiene visitas a las barricas soterradas y a los principales edificios locales.

La ruta Laguardia al completo sugerida por Gobierno vasco, incluye visitas al famoso estanque celtibérico y a la Torre Abacial. El primero, construido hace 2.100 años, es el mayor estanque europeo de la Edad de Hierro. Obra de carácter hidráulico, permitía acumular más de 300.000 litros de agua. Las visitas se realizan en varios idiomas, euskera incluido, y su duración ronda las dos horas. Para más información al respecto, acudir a la Oficina de Turismo local o contactar en el teléfono 945 60 08 45 o en turismo@laguardia-alava.com.