onocer para dar a conocer todo el rico patrimonio cultural y natural que tiene el municipio de Arraia-Maeztu fue un objetivo del alcalde, Anartz Gorrotxategi, desde que asumió la responsabilidad de dirigir su vida municipal. Y una parte de ese patrimonio no está a simple vista, sino que conforma una rica colección de cuevas y simas, la mayor parte de ellas localizadas en la sierra de Arboro.

Los especialistas y espeleólogos conocían esas cavidades, las de Obi, Arratiandi y otras, "y lo que hicimos fue hablar con el Grupo espeleológico alavés y les comentamos la idea de realizar un estudio topografiando todas las cavidades". Añade el primer edil que había dos razones para ello: la primera, "por seguridad, por si alguien se perdía y había que realizar algún rescate y nos lo facilitaba el saber la profundidad, los inconvenientes que tiene y el material que se tenía que utilizar". Y, por otra parte, "para ver y valorar el interés turístico que pudiera tener. Viene mucha gente al Arboro y esta es una posibilidad de conocer mejor el territorio, desviándose solo unos metros de las rutas que hay para poder disfrutar con seguridad alguna de las cuevas que tenemos en la zona", expone Gorrotxategi.

El Grupo realizó el estudio y se pudo constatar que "no son cuevas de grandes recorridos", sino sencillas, y a priori, no peligrosas. "Solo hay algún punto en alguna un poco dificultoso, pero de escaso riesgo", comenta el alcalde.

El trabajo resultó de gran interés para poder atraer visitantes y se convirtió en una interesante publicación que se ha incorporado al apartado de turismo de la web de Arraia-Maeztu. El documento muestra la topografía de cada una de las 14 cuevas que hay en esa sierra, con descripciones y consejos para su visita, así como algunas fotografías realizadas durante las inspecciones realizadas por los componentes del Grupo Espeleológico.

Pinturas, restos y murciélagos

De esta manera es posible conocer que hay alguna cueva con pinturas, que en otras hay presumiblemente restos arqueológicos -una de ellas, Arratiandi, descubierta por Barandiarán, fue expoliada después de la Guerra Civil- y que dos de ellas poseen grandes colonias de murciélagos del género Rinolophus, cuya importancia en Euskal Herria ha motivado su estudio desde 1958. Se trata de la Cueva y de la Sima del Guesal. Sus excrementos, la murcielaguina, modifican la composición del suelo y le dan una llamativa colección de tonos rojos.

La propuesta que hace el Grupo y que el ayuntamiento ha incorporado como una atractiva ruta de 11,8 kilómetros por la sierra de Arboro tiene un carácter circular e integra las visitas a las cavidades junto al disfrute de impresionantes paisajes.

El itinerario comienza en el pueblo de Leortza. Desde la iglesia se toma el camino que asciende a la derecha para encontrar una pista que asciende a la izquierda hacia lo alto de la Sierra de Arboro. Una vez arriba y siguiendo el camino marcado a la izquierda, en una depresión, se encuentra la cueva de Obi I.

Siguiendo éste pocos metros más adelante se encuentra la resbaladiza rampa que da acceso a Obi II. En este lugar advierten de que el acceso es peligroso y en época de lluvias, más aún. Siguiendo el camino marcado hacia la cumbre del Alto La Campana, a mano izquierda, se encuentra la cueva de Obi III. El camino hace cumbre en el mencionado alto, y descendiendo al Portillo del Guesal, en mitad del camino se localiza la pequeña cueva de Obi V.

En el portillo del Guesal se desciende de vuelta hacia Leortza, pero un pequeño desvío permite ver las bocas de la Cueva y Sima del Guesal. Ambas entradas son peligrosas, ya que a los pocos metros de la entrada se encuentran pozos verticales. Desde el Portillo del Guesal hay que encaminarse por la línea del cortado hacia la cumbre de Peña Las Cinco. Bajo esta cumbre y con un acceso curioso ?escaleras metálicas? se puede visitar la Cueva del Ángel. Desde esta cumbre, el visitante puede dirigirse por el cortado contemplando las vistas sobre el pueblo de Atauri hacia el collado cimero del Barranco de las Fuentes. Desde ahí se puede descender en fuerte pendiente hasta el pueblo de Atauri y visitar la cueva de La Tobera.

Desde el collado y siguiendo unas marcas de camino hacia la cumbre del monte Arboro, se llega a las Cuevas de Peña Rasgada. Al final del recorrido, bajo el farallón calizo, existe un paso expuesto que no debe ser ningún impedimento si el firme no está mojado. Desde aquí se vuelve a otro collado, donde el acceso a la Cueva de Los Moros I y Los Moros II es complicado. Subiendo a la cima del farallón calizo y volviendo en dirección a Leortza se alcanza el Portillo del Guesal desde donde desciende otra vez a Leortza-Elorza finalizando el recorrido.

"imagen idílica"

A juicio del alcalde de Arraia-Maeztu, todas las cuevas tienen su encanto y sus riesgos, pero a la hora de recomendar visitas sin ninguna clase de peligros menciona las de Obi, concretamente las I, II y III "que permiten disfrutar de la imagen idílica que tenemos todos de una cueva, donde tras la entrada se abre una gran boca".

En cualquier caso, el consejo del primer edil para los visitantes que se acerquen a la zona es que "siempre debe prevalecer el sentido común y la lógica y la responsabilidad de cada persona". "Precaución si se va con niños pequeños, llevar la equipación adecuada a cada sitio y no arriesgarse más de la cuenta", remarca Gorrotxategi. El alcalde comenta que "hasta el día de hoy no hemos tenido que lamentar ningún accidente y entendemos que podemos seguir así, sin problemas".