La apuesta de SEAT por el GNC se traduce en una interesante y en cierto modo frustrante interpretación TGI de 130 CV, preparada para funcionar tanto con gasolina como con gas natural comprimido. La nueva propuesta ilusiona al hacer gala de un rendimiento dinámico impecable. No solo eso. Además, comporta un coste de utilización inferior (el litro de GNC está a 0,78 euros; el de la gasolina 95 a 1,19), deja menos secuelas contaminantes y procura las ventajas de la etiqueta medioambiental Eco. Sin embargo, que nadie se emocione, porque llega la decepción por culpa de la precaria red actual de gasineras, que lastra las posibilidades de difusión de este combustible. Solo existen 103 puntos de suministro en territorio español; en Bizkaia, únicamente dispensan GNC las estaciones de servicio PortuOil de Zierbena y Galindo de Sestao.

Es una vieja carencia que siguen lamentando los responsables del grupo VW, firme y solitario defensor de esta tecnología de transición. A la espera de tiempos mejores, no cejan en el empeño, como evidencia el estreno de la variante TGI del León. El último lanzamiento de SEAT suma a su catálogo una variante bifuel considerablemente más solvente que la que anima al Ibiza y al Arona. En lugar del motor 1.0 de 90 caballos que comparten ambos hermanos, el León instala un bloque de cuatro cilindros multiválvulas con 1.5 litros que entrega 130 CV, potencia más acorde a los retos a los que ha de enfrentarse. Permite elegir entre el sosiego ahorrativo y la conducción deportiva. Propicia alcanzar 203 km/h de punta y progresar de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos.

Esta versión funciona con la energía que desprende la combustión de cualquiera de los dos carburantes. De hecho, el sistema pasa automáticamente a modo gasolina (tiene un tanque de 9 litros) en cuanto se termina el gas almacenado en los tres depósitos con los que cuenta el vehículo. Totalizan 17,3 kg de GNC, cantidad suficiente para cubrir más de 400 km. Además, el León TGI realiza ese recorrido causando un mínimo impacto en la atmósfera, puesto que reduce la polución por dióxido de carbono a 103 g/km.

Tampoco daña el bolsillo. Acredita en la homologación WLTP un consumo medio de 3,7 kilos de GNC cada cien kilómetros, lo que implica un coste aproximado de 3,3 euros; es un 30% menos de lo que supone viajar en un diésel moderno equiparable y la mitad de hacerlo en un coche a gasolina semejante.

SEAT oferta esta motorización dual en ambas carrocerías del León, compacta de cinco puertas y Sportstourer. La vincula a transmisión manual de seis marchas y a cambio automático DSG de siete (el formato largo lo recibirá en breve). Sugiere acabados Style, Xcellence y FR. La tarifa arranca en 26.250 euros y aumenta casi tres mil euros si se opta por el envase familiar; los descuentos por el Plan Moves y por contratar la financiación rebajan el desembolso hasta 20.050 euros.