Bilbao - Martín Roque acumula quinquenios en un ramo en el que el prestigio es la mejor credencial. Considera que la profesionalidad es el mejor antídoto contra la piratería que amenaza a su gremio, donde, pese a todo, "hay gente muy buena que viene con fuerza y va a durar". Sugiere "aprovechar las oportunidades: donde unos se ahogan otros aprenden a nadar".

Al hablar del automóvil, se suele olvidar el mercado del VO. ¿Cómo lo está pasando?

-Para nosotros, como para todo el gremio, va a ser una situación caótica porque ya llevábamos una temporada larga en la que la crisis nos estaba afectando de una forma directa, agravada ahora por esta situación. Estamos viviendo un momento crucial en nuestro sector. Un problema puntual mío de mala gestión sería salvable, lo que me preocupa es que el problema es general. Las casas oficiales, que son las que llevan la batuta, están pasando un momento duro, y eso es motivo de preocupación. La solución no es fácil.

Pues este no parece un momento propicio para pensar en compras de coches.

-La actividad nos ha caído el 100%. Hay alguna consulta puntal, a través de vuestro medio y de otros. Pero es más bien gente que está aburrida y llena sus huecos de desesperación por la situación que tenemos. No veo ni un ápice real de personas interesadas en hacer algo, cosa que entiendo: en este momento tenemos cosas más importantes a las que destinar la atención económica. Lo nuestro no es una prioridad, es casi un lujo o un capricho, por lo que lo relegarán a un segundo término.

¿Qué segmento de su mercado funciona mejor?

-Intentamos especializarnos en gama media-alta, con coches jóvenes, de dos, tres o cuatro años, como mucho. Evitamos el vehículo de tiempo, de kilómetros y de varias manos. Ofrecemos coches de un único propietario, revisados y mantenidos siempre en la marca; es lo que nos da la garantía, a nosotros y a los clientes, de su estado.

Fabricantes y distribuidores reclaman políticas para incentivar el mercado, ¿ustedes?

-Cuando hay ayudas, deberían ser para todo el mundo, estar más repartidas. Todos ayudamos a tirar de este carro y pagamos impuestos. Destinar las ayudas única y exclusivamente al sector del vehículo nuevo, que es el más fuerte del mercado, me parece injusto. A quien se debería ayudar es a las personas que tienen esos coches extraordinariamente viejos, contaminantes e inseguros, que hay que retirar de la circulación. Pues que cuando lo hagan, enviándolos al desguace, se les premie con una cantidad de dinero. El problema es que se están volviendo a incorporar al mercado coches muy viejos y problemáticos, lo que va en contra de todas las políticas de freno a la contaminación.

¿Qué escenario vislumbra a corto o medio plazo?

-Lo veo mal, extraordinariamente mal, no solo en nuestro sector. Es un problema mundial. Hemos de pasar este momento. La dinámica que llevábamos ya tendía a ir reduciendo márgenes. Y ahora habrá que hacerlo hasta el límite de nuestras posibilidades, tratar de vender un poco más ganando menos y conteniendo los gastos. El futuro lo veo complicado, más en nuestro sector. Todo va a depender de las ayudas reales que la gente que nos dirige sea capaz de poner encima de la mesa.

¿No confía en el repunte que algunos analistas vaticinan a medio plazo?

-Es momento para no ser pesimista. Hay que ser positivo, pero realista. Y si lo que nos cuentan es verdad, que se van a cerrar empresas, que los autónomos lo van a pasar mal, que el paro se multiplica€ No crecerá el consumo si a la gente no le llega. Tenemos que arrancar con el ánimo muy fuerte, conscientes de que el tema está complicado, de que vamos a tener que pelear mucho, pero que vamos a salir. Tendremos que hacer restricciones importantísimas en nuestro sistema de vida, dando prioridad a lo esencial. Coches se van a seguir vendiendo, por supuesto. ¿En la cantidad que necesitamos y con el que margen que consideramos justo? Pienso que no.

¿Desaparecerán empresas?

-Pienso que sí. La supervivencia va unida a la profesionalidad, a la seriedad y a un compromiso cumplido. En este y en otros sectores, para las empresas pequeñas, con grandes obligaciones y márgenes reducidos, el momento que estamos pasando va a ser la puntilla. Sobre todo, si tienen plantillas con muchos empleados. Vamos a tener que pelear más. Igual sirve para que desaparezcan el intrusismo y la piratería que hay en nuestro sector. La única forma de que esto funcione es que las empresas sean serias, que todos paguemos impuestos. Si no, no hay hospitales, universidades, colegios, médicos, policía€ Tenemos que exigir transparencia y que todos paguemos lo que nos corresponda, para que esto siga tirando. Eso sí, sin asfixiar a los autónomos y las pequeñas empresas, que somos los que remamos para ir adelante.