El tribunal de distrito de Liubliana dictaminó que Julija Adlesic acordó con su novio cortarse la mano izquierda por encima de la muñeca. La mujer fue declarada culpable de intento de fraude al seguro. La pareja llegó al hospital diciendo que Adlesic se había lesionado mientras arreglaba las ramas. Las autoridades indicaron que la pareja dejó la mano cortada en el lugar, en vez de llevarla al hospital para asegurarse de que la discapacidad fuera permanente. Previamente, la joven había firmado contratos con cinco compañías de seguros diferentes. Por su lesión cobró más de un millón de euros -1,18 millones de dólares-, cantidad de la que alrededor de la mitad fue pagada inmediatamente y el resto, en cuotas mensuales regulares. Los fiscales revelaron que días antes del incidente, el novio de Adlesic había buscado información en Internet sobre cómo funcionan las manos artificiales. Durante el juicio, la mujer se declaró inocente, afirmando que nunca se habría cortado la mano deliberadamente. Sin embargo, el tribunal la condenó a dos años de prisión. Su novio fue condenado a tres años de prisión.