NO son nuestros cocos escolares tradicionales, matemáticas y lengua, nuestra auténtica asignatura pendiente socialmente hablando es el inglés, la lengua franca universal actual la que se atraganta en lo que parece ser la lengua de trapo de la mayoría de nuestros escolares, que terminan siendo adultos, también en su mayoría, permanentemente peleados con la lengua de Shakespeare.

No puede decirse que esta carencia social sea de tan raquíticas cifras como hace tres o cuatro décadas, pero la falta con otros países de nuestro entorno allende los Pirineos y nuestra situación en lo que atañe al conocimiento y uso de este idioma sigue siendo insondable y hasta digna de estudio.

De estudio, porque las causas de que se mantenga durante décadas este infraconocimiento lingüístico seguramente son múltiples: sensación de seguir siendo el imperio, recelo del diferente, patriotismo mal entendido, exacerbado sentido del ridículo y miedo a cometer errores, fomento de la autarquía lingüística?, pero no podemos obviar que a todas esas atávicas razones podría haberse hecho frente con un sistema educativo eficiente y eficaz que se hubiera propuesto inculcar esta lengua franca en la generalidad de la población.

Pero no se ha hecho, "y en gran medida se sigue sin hacer", sostiene Idoia Salcedo, directoria y propietaria del centro Concord de idiomas y servicios linguïsticos de Areeta (Getxo), pionero en este municipio, al tiempo que recalca una realidad "que nos encontramos donde estamos, a la cola de Europa y no digamos de otros muchos países del mundo, en cuanto a conocimiento de inglés; no diría ya de nivel universitario, sino también de comunicación básica".

Parecería una afirmación exagerada escuchando la música en inglés que programan las cadenas de radio o las numerosísimas muletillas también en este idioma que introducen continuamente los medios de comunicación y, por supuesto, las abundantes palabras y términos en inglés que se han colado y se están colando de rondón en nuestra hablilla de merchandaising cotidiano.

"Este hablilla no significa que se sepa hablar ni se entienda inglés, ni tan siquiera básico; entender y hablarlo para hacerse comprender sigue siendo una asignatura pendiente, y no lo digo solo como ciudadana, sino como profesora de inglés desde hace más de treinta años. Además, los políticos han dado un ejemplo escandalosamente negativo. Desde Suárez a Felipe González pasando por Rajoy, en los encuentros internacionales la imagen no ha podido ser peor", apostilla, al tiempo que recalca "que el sistema educativo está fallando; la metodología del euskera, que es muy positiva y proactiva, tendría que ser trasladada al aprendizaje del inglés. Reconozco que en Euskadi, en comparación con otras zonas del Estado, se está mejor, pero es un magro consuelo".

Porque el inglés ha dejado de ser algo optativo, "una cuestión de Recursos Humanos de las Empresas, como cuando empecé hace 30 años, para ser una necesidad a la hora de conseguir un puesto de trabajo; la globalización está ahí, por eso los/as jóvenes y no tanto tienen que cambiar el chip; los idiomas te abren el mundo. Además, cuando más sepas mejor: euskera, castellano... hacen que la tercera lengua te resulte más sencilla y cuando antes se empieza mejor", apostilla sonriente Idoia, que pone como ejemplo Suiza, donde sus ciudadanos saben los tres idiomas del país.