PARA fabricar un vestido nuevo se necesitan 11.000 litros de agua. En el Estado cada persona consume una media de 34 prendas al año y desecha en el mismo periodo entre 12 y 14 kilos de ropa. La industria textil es la más contaminante en el mundo después de la petrolífera. Por eso cada vez existe una mayor conciencia a favor del medioambiente. Reciclaje, reutilización, sostenibilidad, ahorro... Son muchas las razones que llevan a que las personas a alquilar ropa y no tanto a comprarla cara a eventos. Bilbao también cuenta con su armario sostenible. Desde hace pocas semanas la firma La Más Mona -de alquiler de vestidos y accesorios de fiesta- ha recalado en la villa con el objetivo de extender la conciencia por la sostenibilidad y el consumo responsable.

La emprendedora Lorena Rodríguez es la encargada de esta marca en la capital vizcaina. Según explica Rodríguez, en la villa ha ido creciendo la apuesta por el armario sostenible e inteligente, que no implique la compra constante de un vestido o un conjunto para los diferentes eventos que surgen a lo largo del año: “¿Cuántas veces hemos comprado un vestido para una boda que se ha quedado para siempre olvidado en el fondo del armario?”, planteó Rodríguez.

Esta firma, que empezó siendo una firma on line, ha ido creciendo a medida que las mujeres han ido solicitando un servicio de alquiler de ropa en tienda física. Fue en 2014 cuando se abrió la primera tienda en Madrid; después le siguieron Valencia, Málaga, Zaragoza, Murcia y ahora en Bilbao. Para Rodríguez no se trata solo de una cuestión de ahorro. “Es también responsabilidad, por eso me gustó la idea de traer a Bilbao esta fórmula de alquiler, enfocada sobre todo a moda de calidad y prendas de los mejores diseñadores. Entre la gente joven ha calado muy bien”.

Con la apertura de esta tienda se ofrece a las clientas, tal y como destaca Rodríguez, un armario casi “infinito” de vestidos, tocados y todo tipo de complementos de primeras marcas que se pueden alquilar aproximadamente por el 30% de lo que costarían comprarlos. Por ejemplo, el alquiler de un vestido corto de gala cuesta 49 euros; uno largo, 69 y un bolso, 20 euros: “No solo no te cuesta menos, sino que encima ese vestido comprado para lucir en una boda no te lo vas a poner más porque lo devuelves”.

El éxito de esta marca se enmarca en la creciente tendencia del pago por uso en el sector de la moda, que está ganando público a nivel estatal e internacional. “Afortunadamente cada vez hay más consumidores y marcas de moda concienciados con esta realidad y el consumo de moda responsable va creciendo”.

Con esta alternativa pretenden, entre otras cosas, frenar el consumo de esa ropa que con las marcas low cost salen al mercado cada quince días sin control. “Queremos ser la alternativa. Alquilamos los trajes varias veces y no se necesita tanto consumo de agua”. Desde la 36 hasta la 48; todo tipo de colores y diseños creados para mujeres que en muchos casos no saben qué ponerse y necesitan un asesoramiento. “Algunas vienen a por un total look, mientras que hay quien ya tiene el vestido y necesita los complementos”, dice.

Según datos de la Fundación Ellen MacArthur, la industria de la moda rápida ha ocasionado que la ropa esté masivamente infrautilizada. En los últimos 15 años el tiempo de uso que le damos a las prendas antes de tirarlas ha disminuido un 36% y hoy usamos menos de 160 veces de media ante deshacernos de ellas.