Hace seis días un pequeño pelotón partió de Madrid hacia el norte. Les esperaban cinco jornadas de carretera y ochocientos kilómetros con un final solidario. Se trata del Reto Chagas, una iniciativa impulsada por la Fundación Mundo Sano con los tres hermanos Sigman a la cabeza. Uno de ellos, Mariano, es un neurocientífico que aprovecha cada año este reto para divulgar sobre el chagas, una enfermedad que se estima que afecta a entre 55.000 y 100.000 personas en España pero que la mayoría de la población desconoce.

La fundación fue creada por su abuelo que, como la mayoría de sus descendientes, se dedicó a la industria farmacéutica. “Quiso ocuparse de una serie de enfermedades que se les llama desatendidas”, explica Mariano a DEIA, “son enfermedades que son evitables o que tienen cura. Por ellas muere gente que no debería morir, porque existen todos los recursos para que eso no suceda. Esto ocurre porque hay un déficit de salud pública o porque el medicamento a veces está donde no debería estar y, a veces, ni siquiera hay conciencia de la enfermedad”.

El chagas es una enfermedad endémica que surgió en el cono central de América del Sur. “Es una enfermedad muy frecuente y de mucha incidencia en Sudamérica”, apunta el neurocientífico, “es una enfermedad silenciosa, puedes tenerla muchos años sin saberlo y cuando te enteras de que la tienes puede que sea tarde porque afecta al músculo cardíaco”. Es una enfermedad para la que hay remedio, “pero muchísima gente tiene la enfermedad y no sabe que la tiene”. El flujo migratorio ha hecho que el chagas esté instalado en México, Estados Unidos y España. “En España tiene una incidencia más alta que otras enfermedades que son muy conocidas”, confirma Sigman.

Mariano y sus compañeros de pelotón llegaron ayer a Biarritz desde Lekeitio y la penúltima etapa había tenido la salida en Legutio. Allí les recibió el exciclista Joseba Beloki. “Es una persona muy entrañable”, celebra Mariano, “fueron solo unos minutos, pero en los que sentías que había pasado algo. Otro año nos acompañó dos días Miguel Indurain. Cuando esta gente se suma a rodar con nosotros, generosamente lo hace a nuestro ritmo”.

Los cinco días de ruta han tenido una labor pedagógica. “La idea es generar consciencia de la existencia de la enfermedad para minimizar una de las vías de transmisión de la enfermedad, como es la transfusión de sangre”, explica Mariano Sigman, “si en los bancos de sangre se hiciera una lectura, al igual que se hace para saber si tiene VIH, se reduciría enormemente el contagio. Las madres también transmiten a los hijos en el parto, pero se soluciona si se tratan a tiempo. Una de nuestras campañas tiene como título Ningún bebé con chagas. Creemos que un objetivo alcanzable en pocos años es que todas las mujeres embarazadas hagan una prueba muy sencilla y eviten el contagio a sus hijos”.

Su campaña contra el chagas les ha hecho atravesar Euskadi, una experiencia que esperaban con deseo: “Todos sabemos que Euskadi es la Meca del ciclismo. Siempre lo ha sido. Hemos venido con ilusión y Euskadi nos ha recibido con mucho verde. Cuando sales en bici por Madrid o Castilla ves paisajes muy bonitos, pero áridos y secos. Aquí cambia la textura y es muy bonito hacer el viaje en bici porque te das cuenta del cambio de registro: hay otra humedad, otro verde y otro frescor. También destacamos lo bien señalizado que está todo y se nota que hay cultura ciclista, porque en la carretera se nota respeto hacia los ciclistas”. Ayer llegaron a Biarritz y lo celebraron “tirando las bicis” y tirándose al mar. El esfuerzo tiene su recompensa, puesto que la Fundación Mundo Sano donará 100.000 euros a la causa.