HABLAR con una feminista convencida, agente social por la igualdad en su más amplio sentido, no solo de género, sino socioeconómico, de edad, formación, es comprender que se está en el buen camino, pero la meta está aún lejana. Esto es especialmente evidente en fechas como el 1 de Mayo cuando ponemos el retrovisor sobre nuestra actividad personal, familiar, laboral y social, donde vemos en quién sigue recayendo mayoritariamente el cuidado de los niños y niñas, de la casa, de los enfermos, quién adapta sus horarios a estas necesidades, quién cobra menos por el mismo trabajo, quién sufre mayor acoso laboral, a quién se le sigue preguntando si va a tener hijos o está casada... Todo ello sigue siendo hitos que aunque estén fuera de la ley funcionan en una sociedad que mantiene múltiples desigualdades.

En esta senda de búsqueda de la paridad y de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres nos encontramos siempre con personas como Begoña Murgialday con su mirada puesta más en lo social que en lo personal. “En mi ambiente familiar siempre ha habido una preocupación por los derechos sociales básicos y el ámbito de las mujeres es uno muy importante”, indica esta psicóloga de formación, madre de dos hijas de 21 y 24 años y directora-gerente de la consultora Murgibe, una organización con sede social en Deusto que lleva más de 24 años comprometida con la igualdad y con una gran experiencia en la puesta en marcha de proyectos de consultora y asistencia técnica.

Pionera en su materia, su dilatada trayectoria le ha permitido preparar a más de cien técnicas de igualdad y compartir miles de horas de formación en género en estos años. Del 90 al 95 fue la responsable de formación y empleo de Emakunde. Le tocó salir a Europa del norte para ver lo que se hacía en Igualdad; en el 91 en estos países se pusieron en marcha una figura profesional que le pareció interesante: la de agente para la igualdad de mujeres y hombres. “Aprovechando una iniciativa europea preparamos un programa aprobado por la UE con fondos durante 15 meses; ello nos permitió llevar a cabo el primer curso de formación de igualdad de todo el Estado español”, recuerda con satisfacción porque uno de sus objetivos prioritarios ha sido la formación para ir generando cantera. Desde 2016, Murgibe ha elaborado siete programas de formación de agentes de igualdad diferentes, apoyados siempre por distintas instituciones, en Nafarroa también. “Hemos ido cambiando de enfoque; en el 95 hicimos uno para las Administraciones locales; todas las alumnas están trabajando en ayuntamientos y otras entidades”, explica.

En Murgibe en los últimos años está trabajando cada vez más con proyectos de cambio en las reglas de juego de muchas organizaciones, tanto privadas como públicas. “Damos saltos cualitativos, ya no es solo una cuestión de cuidar el lenguaje incluso de conciliación, que son los temas más utilizados. Estamos en un cambio de transformación social. Y eso me gusta”.

Desde las alianzas de lo público y lo privado considera que debemos de poner en el centro de la vida a las personas, sus vidas, la sostenibilidad y no el capital.