FUERON sus padres quienes le inculcaron la pasión por el mundo del teatro. María Díaz era una niña cuando de la mano de su madre y de su padre acudía a ver los diferentes montajes teatrales que se programaban. Ella disfrutaba muchísimo. Pero lo que jamás imaginó es que el destino le llevaría a especializarse en este mundo maravilloso, pero también complicado de las artes escénicas. “He tenido suerte. Tuve miedo a perder, pero no tuve miedo a intentar perder, entonces creo que he ganado”, se sinceró la jefa de prensa teatral, María Díaz.

Fue gracias a una amiga a través de la que se inició a nivel profesional en este mundo del teatro. “El teatro es una forma de vida, siempre ha estado en mi vida. Pero yo trabajé en la tele y cuando estaba muy quemada, cuando necesitaba un poco de oxígeno, saqué la cabeza y surgió la oportunidad que me cambió todo”, relató Díaz. Le propusieron trabajar en una productora como jefa de prensa y comenzó desde cero a fijar los cimientos de una labor que no existía como tal. “Mi función es hacer de puente entre el espectáculo y el medio de comunicación”.

La pasada semana se repartieron en Bilbao los Premios Ercilla del teatro y ahí estuvo María acompañando a amigos y colegas de profesión con los que comparte no solo cuestiones laborales sino también personales. “Es un mundo repleto de muy buena gente”, destacó.

María posa orgullosa con una de las esculturas que han ido a parar a manos de profesionales de este mundo como el grupo Kulukan, con los que ella trabajó doce años y que este año han obtenido el galardón al mejor espectáculo vasco por Solitudes. “Me siento muy integrada en ese equipo, es una compañía maravillosa con los que hago un viaje estupendo. Hacen un teatro particular. Hay compañías que me llaman para hacer cosas muy bonitas”, añadió.

Otro de los premios fue a parar para María Hervás: “Es una magnífica actriz, ella tiene luz”, dijo. El pasado miércoles también fue especial para ella por que Lehman Trilogy, de Barco Pirata, de quien es coproductora obtuvo otro premio. “Los premios son muy buenos, te animan , pero sin duda la mejor propina que te pueden dar es el aplauso del público. Como eso no hay nada”, añadió Díaz.

Para María el teatro es como la vida: “Me ha regalado gente maravillosa, poder levantarme todas las mañanas con ilusiones nuevas. Me da emociones, risas, llantos, me produce muchas cosas, es como la vida, un carrusel, un verdadero viaje”. Por eso, esta mujer que disfruta con lo que hace confiesa estar encantada de que su vida sea puro teatro, teatro en vena. “No hay mejor manera de trabajar en este oficio ni en ningún otro. Cada mañana cuando me levanto no sé lo que va a pasar y ese reto me pone, y mucho”, lanzó.

Desde su posición cuenta con el privilegio de conocer el mundo entre bastidores, saber todo lo que se trabaja detrás del telón y lo que supone poner en marcha una obra. “Siempre he dicho que lo mejor del teatro está por detrás y antes de que se levante le telón”. En opinión de la experta la programación teatral en Euskadi podría ser “mejorable”, hay un público experto que lo sabría apreciar. “Los vascos se merecen un buen teatro, una mejor oferta. A los espectadores vascos se les está racaneando muchos de los espectáculos que se pueden ver; no digo grandes montajes”. En este sentido, María destaca el nivel artístico de los actores y de las compañías vascas que arrasan en premios como los Max. “Hay muy buenas compañías y magníficos actores y actrices”, concluyó.