Riendo, asegura que si no fuera escritor estaría en una cárcel de alta seguridad porque la bestia que dice tener dentro habría de cometer más de una barbaridad. De momento, a las librerías ha vuelto Melchor Marín, un personaje al que los lectores del autor extremeño conocen por sus dos novelas anteriores, Terra Alta e Independencia. Cercas se identifica con este hombre en la parte más oscura: su afán de venganza, la ira, el dolor y la furia. Todo empieza cuando desaparece la hija de Marín y él se verá envuelto en los vericuetos de la violencia ejercida sobre las mujeres. Este thriller trepidante ¿cierra? pues una exitosa trilogía.

El título de su libro, El castillo de Barbazul

Tiene algo de tragedia, al menos inicialmente, pero las tragedias acaban mal y esta historia, no sé cómo carajo lo hemos conseguido, acaba bien.

¿Está destripando el final?

No, pero es cierto que es un drama y una tragedia. Estamos hablando de un tema duro, muy duro, la violencia contra las mujeres, que está en las tres novelas y no es más que una variante del abuso de poder. El inicio es brutal y ocurren cosas brutales, pero el final es luminoso. Y no voy a seguir destripando el libro, que igual tienes razón. Quiero que el lector se meta de lleno en la historia y juzgue por sí mismo. No sé de dónde carajo ha salido tanta esperanza, pero al final, David vence a Goliat.

¿Un retrato de la sociedad?

Las cosas que ocurren en la novela ocurren en la realidad. Es un hecho que los poderosos disponen de impunidad. Que el dinero y el poder dispensan impunidad es un hecho real, pero no ahora, desde que el mundo es mundo. Siempre ha sido así y sigue siendo así, solo que ahora tenemos algunos instrumentos más para poder combatir esa impunidad.

¿Instrumentos?

Sí. Uno se llama democracia, aunque la democracia tampoco acaba con la impunidad. Es un relato de los seres humanos. Los poderosos han utilizado su poder y su dinero para abusar de los que están en posiciones más débiles, y en primer lugar de las mujeres. Da la sensación de que el mundo cree que eso ocurre ahora, pero ha ocurrido siempre. Lo que pasa es que nos hemos dado cuenta de que existen esos abusos y algunos se escandalizan e intentan corregirlos, pero que las mujeres han sido víctimas de la violencia de los hombres ocurre desde que el mundo es mundo.

Hay más visibilidad, pero ¿hay más soluciones?

No todas las que nos gustaría a una mayoría. En la novela, en un lugar como Mallorca ocurren unos hechos brutales, pero podrían ser en cualquier parte. Hay mayor visibilidad, sí, pero los problemas de este tipo siguen estando ahí.

¿Acaba en esta novela la trayectoria de Melchor Marín?

Esa es la pregunta del millón. Ahora mismo acaba. Esto es una trilogía. Son tres historias distintas y un mismo libro verdadero. Es una trilogía, pero tiene un final abierto.

¿Tetralogía?

Podría ser. Lo que planeé fue eso, una tetralogía. La colección Terra Alta era escribir cuatro novelas. Pensé que podría acabar con esta y de hecho, puede ser la última, pero estoy en un momento de incertidumbre. Bastantes partes de la cuarta están escritas. Este es el problema de las novelas cuando funcionan bien, que se sabe cómo empiezan, pero nunca cómo acaban. Es como las guerras, ahora que están tan de moda por desgracia.

La diferencia es que las guerras nunca acaban bien, las gane quien las gane.

Eso es cierto. Una guerra nunca acaba bien. Pero volviendo a la literatura, Cervantes no tenía ni idea y decía que iba a escribir la segunda parte de El Quijote. Pues yo estoy en la misma tesitura. ¡Ojo! No es que quiera compararme con Cervantes, ¡Dios Santo! Como ves, no te he contestado.

Ya. ¿De dónde sale Marín, el personaje que hila estas tres historias?

Melchor Marín soy yo.

¡Vaya!

Pero solo soy Melchor Marín en lo malo, no en lo bueno. Sale de mi parte más oscura, sale de ese fondo oscuro que todos llevamos dentro.

¿Cómo es esa parte oscura o maldita?

Es un lugar donde reinan el furor, el dolor, el deseo de venganza€ Quién no ha sentido sentimiento de venganza, de furia, o es una máquina o es un mentiroso... Vamos, que no es un ser humano. Melchor Marín nace de ahí, de los rincones oscuros que hay en mí. Nace de una serie de circunstancias personales mías. Es un personaje brutal, tremendo, lo más oscuro de mí mismo.

¿Circunstancias similares?

Algunas sí, otras no. Nace en un barrio de la peor área de la Barcelona Metropolitana, su madre es prostituta, no conoce a su padre, a los quince años está pegando tiros con una banda de narcos€

Pero esta no es su vida, ¿o sí?

Ya te he dicho que no todas las circunstancias son equiparables entre Marín y yo. Es un personaje tremendo que poco a poco se va suavizando. En esta tercera parte empieza a ser un hombre más calmado, tranquilo, ha madurado, tiene una hija€ Pero es como si a él le persiguiera un destino trágico.

¿A él, o las mujeres de su vida?

A las mujeres, pero es un destino que le afecta a él. Su madre murió asesinada, su mujer fue también asesinada, su hija desaparece en condiciones extrañas...

Un horror de vida si se plantea así.

Sí, pero él tiene una parte luminosa que yo no tengo. Decía Churchill que una de las virtudes más importantes es el coraje, y Marín lo tiene. Y entra otra virtud, el carisma, algo que asociamos a los políticos.

Bueno, a algunos, pero tienden a quedar más en encantadores de serpientes.

Ja, ja, ja€ Eso es verdad. Yo no quiero políticos carismáticos. Si son políticos que resuelvan los problemas y punto. En origen, la palabra carisma era un término religioso y se refiere a un don que tienen determinadas personas y que aglutina a su alrededor a una comunidad de seres normales y corrientes, como yo.

"Si abres la puerta, la bestia sale"

¿Escribir sirve para calmar la furia?

La literatura es el lugar de la furia, y todos llevamos dentro una bestia.

Dice cosas que asustan.

Sí. Llevamos a una bestia como encerrada en una cárcel. Pero si abres la puerta, la bestia sale y la vida se vuelve invivible. Como mínimo todos actuaríamos como Will Smith en los Oscar, fíjate cómo estaría el mundo si todos actuásemos llevados por la furia de la bestia.

¿Entonces?

La literatura es el lugar legítimo para que esa bestia se manifieste. En esa medida, la literatura es terapéutica.

Parece un cliché.

Pero es un cliché porque es verdad. Es lo que Aristóteles llamaba la catarsis, la purificación. Por eso es legítimo en la literatura aplaudir actuaciones que nunca aplaudiríamos en la vida real. En la literatura es asumible ponernos del lado de gente que en la realidad nos parecía abominable. Por ejemplo, del lado de un Michael Corleone.

Se identifica con su personaje en la furia. Sin embargo, no es usted sospechoso de ser un ser furibundo ni tiene pinta de ello.

Es verdad. No tengo esa pinta, pero por dentro pasan otras cosas. Ja, ja, ja€ Mira, si yo no escribiera estas novelas sería un tipo más peligroso de lo que soy. No soy un ángel. Los seres humanos no somos ángeles. Dentro tenemos rincones de venganza, de furia, de ira y de mucho dolor. Y quien diga que no tiene estos sentimientos dentro miente como un bellaco.

¿Qué sería Javier Cercas sin literatura?

¡Qué sé yo! Seguramente estaría encerrado en una cárcel de alta seguridad acusado de haber cometido crímenes contra la humanidad.

Exagerado.

Ya te digo que no soy exagerado, pero todos canalizamos nuestras furias interiores.

Siempre se ha dicho que la literatura es un océano de libertad.

Es relativo. Es una libertad en la que uno mismo se pone las reglas. Que algo sea libre no quiere decir que no haya reglas o leyes. Cada novela tiene sus propias reglas. Lo que es verdad es que en la literatura puedo hacer cosas que no puedo hacer en la realidad.

Aunque sus novelas tienen siempre un punto de conexión con la realidad.

Creo que no siempre, pero también voy a decir que la ficción pura no existe. La ficción es un invento de quienes no saben lo que es la ficción. Siempre está contaminada de realidad, su carburante siempre es la realidad. Lo que ocurre es que hay dosis distintas de ficción y de realidad en las novelas.

PERSONAL

Edad: 60 años (6 de abril de 1962).

Lugar de nacimiento: Ibahernando (Cáceres).

Formación: Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona.

Inicios: En un principio combinó la escritura con la docencia y fue profesor de Literatura en la Universidad de Girona. Su primera novela se publicó en 1987, pero el reconocimiento como escritor no le llegó hasta que en 2001 salió a la luz Soldados de Salamina, una historia basada en la realidad que David Trueba llevó al cine dos años después.

Obra: Ha publicado novelas como El móvil, El inquilino, El vientre de la ballena, Soldados de Salamina (su primer gran éxito), La velocidad de la luz, Anatomía de un instante, Las leyes de la frontera, El impostor, El monarca de las sombras y la trilogía compuesta por Terra Alta, Independencia y ahora El castillo de Barbazul.