CUANDO se trata de comer un buen pollo asado o un jugoso codillo en Bilbao, Rallye se lleva la palma. No en vano, llevan 45 años sirviendo al cliente sus especialidades tanto en el local como para llevar. Ahora, la segunda generación familiar al frente del negocio le ha dado nueva imagen con una renovación integral de las instalaciones para un mejor servicio.

Así, junto al aroma de los asados, se respira allí un aire moderno en un espacio luminoso en el que se han definido las zonas de trabajo, de servicio, de take away... El comedor, acristalado con vistas a la calle peatonal, tiene capacidad para 36 comensales y cuenta con terraza cubierta para 20 personas, donde pueden disfrutar de la sobremesa las familias, sin peligros para los niños. Dentro o fuera, en una calle de ambiente hostelero, su propuesta gastronómica responde al gusto universal y con ella ha conquistado a una variada clientela.

De aquel primer asador de pollos para 16 piezas han pasado a tener una capacidad de 360 pollos que se pueden ver asándose de forma simultánea. También la costilla asada es otro de sus fuertes en una carta a la que han incorporado cordero (por cuartos, medio y entero) y cochinillo (1/2 o entero) de encargo, con unas cinco o seis horas de antelación para tenerlos listos en el momento requerido. Igualmente, suman a su oferta el chuletón y pescado a la plancha y al horno, como rodaballo, lubina... para cubrir todo el abanico de gustos. Como complementos no faltan las ensaladas, patatas fritas, morcilla y también croquetas caseras, que venden incluso en crudo para llevar. Para acompañar, la cerveza es la reina de las demandas.

El jefe de cocina, Roberto Cáceres, y la jefa de sala, Rosa, encabezan un equipo de casi 20 profesionales dispuesto a cuidar al cliente. De lunes a viernes le tientan con menú del día, más carta y menús concertados.