L principio interpretábamos alguna canción tradicional en euskera y luego adaptamos temas modernos. Aquello fue una pequeña revolución. Nos criticaban mucho los puristas” (Txabi Villaverde Sorozábal).

El cuarteto Soroak, forjado por pioneros de la modernidad, creó escuela entre los jóvenes aficionados de su generación. En él tocaba Txabi Villaverde, del cual se dice que fue el inventor del pop en Bilbao, y que compró, en 1959 a Antón García San Juan (que luego fuera componente de los Pinson y después de los Daikiris), la primera guitarra eléctrica que hubo en Bilbao. Era una Edmond roja fabricada en Toledo (Estados Unidos). Antón se la encargó a un chelista de la Orquesta Sinfónica que tocaba en un barco que hacía la ruta a Nueva York. La desembarcó en l958. Por aquel entonces, Antón era miembro de la Orquesta Harlem que amenizaba en el local Sangai de las Cortes. El primer punteo que se tocó en público con ella fue en la pieza americana Polvos de estrella con aires de jazz.

Quienes vivieron aquellos días de finales de los cincuenta saben que por primera vez el euskera se adaptaba a la canción moderna, ya fueran negros espirituales, música country americana o versiones del folklore vasco con un estilo innovador, promotor de lo que luego se denominaría Nueva Canción Vasca. El éxito que obtuvieron en Soroak fue rotundo, aunque para algunos entonces cantar en euskera con una guitarra española como lo hacía Txabi era casi una herejía. Una revolución, mejor.

En 1961, acompañados por José Torregrosa y su conjunto, Soroak, saca dos discos e incluyen una variada selección de ritmos como el rock, el fox, el calipso o las baladas que obtuvieron un gran éxito.

Posteriormente, y bajo otro sello, editan algún disco más con temas tradicionales cantados en euskera y poco después, a mediados de 1962, el grupo termina por disolverse dado que la participación política de dos de sus componentes les obliga a refugiarse en Iparralde, propiciando el fin del grupo.

Tras su disolución, Txabi tuvo una época de ensayos, actuaciones y formaciones pasajeras hasta que por fin surgieron bajo su inspiración los Crazies. Esta orquesta fue muy popular y obtuvo grandes éxito, desapareciendo cuando Txabi que era su alma mater se dedicó temporalmente al negocio de la alta fidelidad. Txabi falleció en 2015 no sin dejar el legado melómano a su hija, Ana Fernández, conocida en el mundo de las artes como La Bien Querida

Protagonista: Txabi Villaverde.

Gesta: El músico portugalujo está considerado como el introductor del pop en Bilbao. No en vano, suya fue la primera guitarra eléctrica que sonó en la villa y suyas las primeras ‘aplicaciones’ en euskera a la música moderna. El cuarteto Soroak y Crazies fueron sus dos grupos más reconocidos en los sesenta.