CON el subtítulo Un plan de acción global para que nuestro mundo en línea sea seguro y empoderado para todos y todas, Tim Berners-Lee, uno de los padres de la web, ha presentado al mundo un documento con nueve principios para conseguir de verdad que la red una a la gente y que su conocimiento pueda ser accesible y compartido por todos y todas. Después de un año de trabajo con más de 80 diferentes empresas y organizaciones han redactado un documento, que podemos consultar en contractfortheweb.org/es/, en el que piden a gobiernos, empresas y a la sociedad civil que se comprometan con el desarrollo sostenido de dichas políticas para conseguir la universalidad de la web. Todo el mundo, independientemente de su condición económica, tiene que tener acceso a la web.
A los gobiernos les pide: 1) que se aseguren de que todo el mundo pueda conectarse a Internet, 2) conseguir que la totalidad de Internet esté disponible en todo momento y 3) ayudar a respetar y proteger los derechos básicos de las personas sobre sus datos y su privacidad en la red.
A las empresas les anima a: 4) hacer que Internet sea asequible y accesible para todo el mundo, 5) que respeten y protejan la privacidad y los datos personales, con el fin de generar confianza en la red y 6) desarrollar tecnologías que promuevan lo mejor de la humanidad y contribuyan a mitigar lo peor.
Y a la ciudadanía le dice que tienen que: 7) crear y colaborar en la red, 8) construir comunidades sólidas que respeten el discurso civil y la dignidad humana y 9) luchar por la web.
¿Tan mal está la web que era necesario realizar este contrato? ¿Realmente sirve de algo este tipo de iniciativas que están respaldadas por las propias compañías o gobiernos que han ayudado a crear los actuales problemas de la red? ¿Tenemos que esperar a que sea demasiado tarde para darnos cuenta que cada día se libra una guerra tecnológica dentro de Internet? El principal impulsor de estos principios tiene toda mi confianza desde el momento en que, habiendo sido el creador de la web, no se guardó para él la formula mágica y no trató de convertirse en otro millonario tecnológico más. Se dio cuenta que la información libre iba a generar una nueva sociedad, pero antes de que la llevemos al caos, es necesario adoptar una serie de medidas que ayuden a que pueda recuperar el camino que indicaron los pioneros de la red. Si ha estado un año trabajando en estos principios, tiene que ser porque desde su perspectiva, que seguro que es mejor que la mía, está alarmado por la dirección en la que puede devenir el uso de la red.
La experiencia de la contaminación y de la destrucción de los recursos naturales puede ser el ejemplo perfecto de a dónde se puede llegar a encaminar la red si no ayudamos entre todos a mejorarla. Todos sabemos que no hay un organismo regulador y que ha crecido o desarrollado en algunas partes de forma espontánea, en otras bajo la censura y la lupa de gobiernos, en otras partes bajo la dictadura de algunas compañías que se mueven como auténticos monopolios. Pero no quiero imaginar una red regulada, encorsetada y monitorizada y, por eso, quiero animar a todos, no solo a firmar el documento, sino a participar de una forma activa en conseguir que se cumplan estos simples y a la vez tan complejos nueve principios que hagan que Internet siga siendo libre. Encendemos el PC, el móvil y la tablet y allí está la web, pero ¿te has preguntado alguna vez qué permite que todo esto funcione y nos haga la vida más fácil?
@juandelaherran