El escritor y director de cine David Trueba ha repasado la obra del creador de The Wire, convencido de que apuestas arriesgadas como la de esta serie, "que desean agradar a unas minorías", son las que "hacen avanzar cualquier arte". Trueba participaba, junto con la crítica Paloma Rando, en un debate tras el que se proyectó un capítulo de la nueva serie de David Simon, La ciudad es nuestra,La ciudad es nuestra que se estrenaba ayer mismo en HBO Max.

El escritor y director considera que The Wire, gracias a que pertenece a una época en la que el canal HBO "era muy atrevido" y "se permitió hacer algunas series que escapaban al gusto popular y buscaban un reto narrativo. Quisieron colocar las series en un lugar en el que narrativamente no estaban y eso lo consiguieron con algunas obras como Los Soprano y The Wire", sostiene Trueba, quien cita también el título del canal AMC Mad Men.

LIBERTAD CREATIVA

En su opinión, en los últimos años no se han producido series "a esa altura" debido a que "se ha expandido el sentido comercial de las plataformas y menos el sentido creativo". "El deseo de agradar a unas minorías creo que es el que hace avanzar cualquier arte, cuando pretendes agradar a grandes mayorías, como dice ahora el algoritmo, acabas haciendo lo que ya se ha hecho, porque da más seguridad", reflexiona.

El creador debe buscar ahora los "márgenes" para encontrar la libertad creativa, aunque algunas veces dicha libertad se encuentra "en la renuncia", sostiene Trueba. Para volver a crear contenidos tan atrevidos como los que ha producido David Simon, Trueba cree que haría falta que surgiera una plataforma "que quisiera hacerse un nombre" apostando por crear un "espacio para ser creativo". A su juicio, el problema del éxito es tratar de retenerlo a toda costa, cuando, en realidad, debería constituir el contexto ideal para arriesgar, ser un "colchón" que permitiera a los creadores "poder equivocarse".

De la obra de David Simon destaca "su relación con el periodismo" -Simon fue periodista en Baltimore- que le otorga "un acercamiento a los materiales que usa muy bien documentado e informado y que lo hace muy distinto a otros mecanismos de ficción". Subraya también su capacidad de "contextualizar mucho" sus historias, al otorgar gran importancia a las ciudades en las que transcurren, el Baltimore de The Wire -al que vuelve con su última serie- el Nueva Orleans de Treme, o los barrios judíos de Nueva York de La conjura contra Ámerica, por ejemplo. Esa contextualización constituye, según Trueba, un aspecto que "en España se rehuye, porque aquí se considera costumbrismo, una palabra muy despreciada aquí".