Lejos todavía del techo y del colapso del sector, la industria audiovisual mundial está dando “sus primeros pasos”, según opina el Vicepresidente de Contenido de Netflix en España y Portugal, Diego Ávalos, en una entrevista con Efe por el estreno de los últimos episodios de La casa de papel, el gran éxito en español de la plataforma estadounidense. El directivo de la plataforma que llegó hace seis años a España hace balance de la situación actual de un sector que ha vivido en los últimos años una verdadera explosión y que arrastra tras de sí la sombra de una posible burbuja. La entrevista se enmarca en el estreno mundial de los cinco últimos episodios de La casa de papel, una serie que Netflix relanzó (fue creada por Atresmedia) y que se convirtió en un éxito mundial que impulsó a todo el sector en España.

¿Cómo ha cambiado la ficción española gracias a ‘La casa de papel’?

—Hay un antes y un después. Claramente la serie posicionó a España a nivel global como una industria puntera que no tiene nada que envidiar a ninguna otra, incluido Hollywood. Los proyectos son cada vez más ambiciosos, pero no es solo ambición de más presupuesto sino también de pensar que cualquier historia puede llegar y conquistar los corazones y las mentes de personas alrededor del mundo. Hay un cambio drástico que se da con ese optimismo y ese dejar de pensar en España como un mercado insular y pensar en España como un mercado global de la industria.

Ya se sabe lo que fue Netflix para ‘La casa de papel’ pero, ¿qué ha supuesto para Netflix la serie?

—Primero, una confirmación muy temprana de que las historias pueden venir de cualquier parte y ser amadas y descubiertas por todo el mundo. Fue de las primeras series de Netflix no en inglés que lo logró a esta escala. Después han llegado otras, pero fue de las que abrió el camino para esta democratización del storytelling a nivel global. Y dos, la confirmación a nivel global del gran talento que hay en este país. Para nosotros, con nuestra apuesta que tenemos fija en España, es una confirmación.

Dicen que la plataforma no habría crecido tanto y tan rápido en España si no fuera por el éxito de esta serie. ¿Comparte esa visión?

—Yo lo que diría es que no fue nuestra primera serie en España. Tenemos que acordarnos de Las chicas del cable, que fue una serie de gran impacto local, con gran recorrido internacional, que tuvo seis temporadas. Tenemos que acordarnos también de ÉLITE, otra serie con un gran impacto global que sigue dándonos alegrías. Es una combinación que ha llevado a un crecimiento. Pero no tenemos que olvidarnos de que una de las cosas que identifica a Netflix es la diversidad de su contenido. No solo hablamos de series españolas sino que estamos hablando de series de Hollywood o coreanas. Todas estas son razones y motivaciones adicionales para que la gente se suscriba porque seguro que hay algo para cada persona en nuestro servicio.

¿Han sacado alguna conclusión de por qué funcionó así?

—Se hacen estudios, pero no llegan a muchas conclusiones. Es muy difícil dar en el núcleo, en la esencia de por qué ha funcionado tan bien. Por supuesto, cada vez que hacemos una serie intentamos que sean éxitos rotundos, es la belleza de nuestro trabajo. Nuestro trabajo es un arte que va creciendo con la experiencia, pero sigue siendo un arte, no hay ninguna fórmula que nos diga, al escuchar una idea, que eso va a ser un éxito. Te puedo dar varios elementos de por qué funcionó, pero si tomas esos elementos y los replicas no te dan lo mismo. Y esa es la belleza de nuestra industria, que tiene que salir de tu alma, corazón y estómago decir “creo que esto puede funcionar”. Y hay veces que sale y hay veces que no.

En un hipotético diagrama del sector audiovisual, ¿en qué momento estaríamos?

—Estamos en un inicio, en los primeros pasos. Hay un diagrama que yo dibujaría: si te pones a pensar en una escalera o en una curva estamos en los primeros pasos, subiendo. Pero como estás en este momento no sabes lo que viene y en cinco o diez años vamos a mirar hacia abajo y vamos a estar en la punta de ese dibujo, pero ahora no nos imaginamos ese punto. Es un momento increíble donde estamos descubriendo nuevas voces y nuevas visiones y también el mundo está descubriendo nuevas historias de diferentes rincones y culturas (...). Estamos apenas iniciando este nuevo mundo, el paradigma que nos da la democratización de la distribución donde algo puede verse en más de 190 países en el mismo momento.