Bob Odenkirk es uno de esos actores cuya imagen ha quedado irremediablemente ligada a un personaje. El suyo, el cínico Saul Goodman de Breaking bad, llegó por partida doble con la precuela Better call Saul, que se despedirá en 2022 después de más de una década entre las dos series.“No creo que me resulte difícil decir adiós a Saul Goodman. Me sentiré mal porque me gusta, pero es difícil estar en la piel, las preocupaciones, las emociones y la vida de alguien tanto tiempo”, explicó el actor a Efe. No es el único que siente el peso, bueno y malo, de ser un habitual de la pequeña pantalla: “Estuve leyendo a James Gandolfini, que llegó a decir que se sentía oprimido por el personaje de Tony Soprano. Y sé que Bryan Cranston se sentía igual con Walter White, estaba deseando terminar”. Los seguidores del universo Breaking bad esperan los últimos episodios de la ficción derivada sobre el abogado experto en representar criminales. “Hacer de Saul Goodman me enseñó a interpretar con honestidad y el corazón abierto. Aunque dar vida a otra persona más de 10 años puede llegar a ser “demasiado”, reflexiona Odenkirk (Illinois, 1962).

Odenkirk comenzó en el mundo del entretenimiento como escritor de sketchs en Saturday Night Live y ha estado nominado a los Emmy y los Globos de Oro por un mismo personaje en dos fenómenos televisivos. Llegó a Breaking bad en la segunda temporada como un secundario, se convirtió en un habitual de la serie en la tercera y, cuando llegó el final, fue el elegido para protagonizar una serie derivada. “Y vengo de la comedia”, recalcó.