Director de cine y psicoterapeuta ahora retirado, el británico Paul Morrison (Londres, 1944) sostiene que la necesidad de entablar nuevas relaciones de amor e intimidad no desaparece con los años, un tema que aborda en su última película, 23 paseos, que llega el próximo viernes a las salas de cine.

"A cierta edad tienes más equipaje encima, más historia, y eso a veces te atrapa pero también te da sabiduría, quería mostrar ambas cosas porque ambas suceden en la vida real", ha dicho el cineasta, nominado al Oscar a mejor película extranjera por Solomon & Gaenor (1999).

Protagonizada por Dave Johns (Yo, Daniel Blake) y Alison Steadman (Orgullo y prejuicio), 23 paseos supone su regreso a la dirección de un largometraje doce años después de "Sin límites", una película sobre la amistad entre Lorca, Dalí y Buñuel en el Madrid de los años 20, con Robert Pattinson en la piel del poeta granadino.

En el Londres actual, Dave y Fern se conocen mientras sacan a sus sus perros por el parque y a lo largo de 23 paseos florece un romance entre los dos. Sin embargo, ninguno ha sido del todo honesto con el otro y cuando sus secretos afloran en mitad de la trama comprometen su futuro juntos.

No es común ver en el cine historias de enamoramiento a partir de los 60 o 70 años. ¿Fue esa escasez una motivación para hacer esta película?

- La necesidad de estar cerca de alguien no termina a cierta edad, la necesidad de intimidad, de amor, de conexión, también sexual. Pero lo que suele suceder es que a los mayores o bien se les ignora o se les anula emocionalmente, con vidas vacías. Quería mostrar que la gente mayor puede tener una vida rica, confortable, como cualquier otra persona.

Sin embargo también queda en evidencia que a esa edad el amor tiene sus peculiaridades.

- Tienes más equipaje encima, más historia, y eso a veces te atrapa, pero también te da sabiduría, quería mostrar ambas cosas porque ambas suceden en la vida real. Por otro lado, hay gente joven que arrastra muchas historias y problemas. Enamorarse no es fácil para nadie.

La pareja protagonista se conoce paseando, una actividad que hemos redescubierto con la covid-19 y el confinamiento. ¿Es de los que creen que la pandemia a la larga nos traerá algún aprendizaje?

- Del periodo del confinamiento recuerdo las calles vacías. Desde mi casa, que está en lo alto de una colina, tengo vistas de Londres pero nunca hasta entonces había tenido una panorámica tan clara, sin contaminación, en silencio. Por otro lado he perdido a dos amigos por covid, así que tengo sentimientos entremezclados de tristeza y de calma.

Los perros tienen un gran protagonismo en la película. ¿Es usted un amante de los perros?

- No soy un loco, me gustan pero no todos. La película está dedicada a Benji, un golden retriever que tuve durante 16 años. Recordar a mi perro después de su muerte fue una de las motivaciones para contar esta historia.

Varias películas recientes, la suya incluida, reflejan los problemas que tienen los ingleses con la vivienda o la seguridad social. ¿Tan mal están las cosas en el Reino Unido?

- En los últimos 10 o 12 años el Estado del bienestar ha sufrido recortes profundos, así que cuando llegó la covid no estábamos preparados. Es algo que también ha sucedido en otros países europeos, la falta de capacidad para atender a quien lo necesita. Me parecía importante incluir una mirada a este tema.

Durante 25 años ha compaginado la psicoterapia con la dirección de cine. ¿Porqué?

- Me gustan ambas disciplinas y en realidad están conectadas. La psicoterapia es descubrir la historia que hay debajo, digamos que se trata de ir retirando capas para descubrir la historia, mientras que el cine se construye añadiendo capas.

Filmó una película sobre la amistad entre Lorca, Dalí y Buñuel ("Sin límites") y en "23 paseos" también asoma la cultura española. ¿Cual es su relación con España?

- De niño pasé mucho tiempo en España y hace unos años, antes de ir a rodar "Sin límites", conocí a una persona paseando a mi perro, empezamos a hablar y le conté que no hablaba nada de español y ella se ofreció a enseñarme, como sucede en la película, solo que nosotros no nos enamoramos, mi mujer se habría disgustado mucho.

Estrenar en estos tiempos es realmente difícil. ¿Cómo ve el futuro de los cines?

- Creo que hay mucha gente que ama ir al cine y está deseando volver. Por otro lado, es buena época para una película como esta, la gente necesita historias que den esperanza y a la vez reconozcan lo difícil que son las cosas en la vida, y esta película tiene ambas cosas.