La televisión y el teatro son los medios en los que se ha forjado esta joven actriz. Se ha esforzado mucho por abrirse camino en el proceloso mundo de la interpretación. Tiene las ideas claras y una amplia formación. A partir del miércoles se colará en los salones de casa con un thriller en euskera.thriller

¿Cómo es su personaje en ‘Hondar ahoak’?

—Se llama Lucía, no tiene muy buena relación con su familia. Es una persona creativa, estudió Bellas Artes, pero no está en su mejor momento. Se siente cansada, le agobia estar en el pueblo, es una localidad pequeña, de costa… Lucía quiere un cambio en su vida, un cambio radical, quiere alejarse de la familia e irse del pueblo. Quiere perseguir sus sueños. Es amante de la noche. En la serie sale el tema de la droga.

¿Cómo llega a ser actriz?

—Mi madre es pintora, quizá haya podido influir. El arte siempre ha estado presente en mi casa. No puedo decir que tuviera claro desde pequeña ser actriz. Serlo era una opción, pero otras también. He tenido mi momento de jugar a fútbol y querer ser futbolista. Siempre he sido una chica expresiva y en casa he tenido mucha libertad para pintar, bailar, expresarme, escribir…

Al final triunfó la interpretación.

—De adolescente empecé a hacer teatro, un poco más en serio que cuando era pequeña y me gustó. Formé un grupo con amigas en Bilbao, Tipulak, y empecé a sentir que era lo mío. Le cogí el gusto y sentí la necesidad de tener que hacer teatro. A la hora de elegir, me metí a hacer un año Comunicación Audiovisual, pero no era lo que quería, me fui a Madrid con 19 años y estuve en el estudio Roberto Corazza.

Pues ha tenido bastante suerte.

—No me está yendo mal. Me he esforzado mucho para poder estar donde estoy ahora. La gente de la escuela donde yo estudié no ha tenido tanta suerte, creo que de cada clase estamos trabajando dos personas, tres como mucho.

Patria’ y ‘La línea invisible’, no está nada mal trabajar para HBO y Movistar+.

—Es una suerte. Hice el casting para las dos series y me cogieron. No es frecuente que te den personajes de buenas a primeras, pero parece que les gusté mucho y me dieron estos dos papeles, son pequeños, pero estoy encantada, me permiten ir asomando la cabeza. Es un placer poder grabar en esas producciones tan importantes.

Tuvo la oportunidad de estar en ‘Goenkale’, una serie mítica.

—Y tanto. Fue hace varios años, fue mi primera experiencia televisiva. También fue otra oportunidad para mí, aprendí mucho y me sirvió para enfrentarme con las cámaras.

¿Cómo va el tema del cine?

—He probado en Nora, la película de Lara Izagirre. Hice de camarera en una escena. Hice los casting y no pudo ser, pero Lara quiso que estuviera en el rodaje de alguna manera y me dio una escena. Estuve contenta de estar en esa producción y poder apoyar a Lara y su proyecto.

¿Dónde cree que hay ahora mismo más posibilidades, en el cine, el teatro, la televisión…?

—Hay proyectos audiovisuales en marcha y creo que se van a hacer. Vamos a pasar más tiempo en casa y se necesitan contenidos de entretenimiento. En este sentido, las plataformas están funcionando muy bien. La gente consume muchas series en su casa. La ficción en televisión es parte del futuro y quiero estar en ese futuro. Me gustan mucho los rodajes. Pero el teatro sigue ahí, está pudiendo sobrevivir a pesar de la situación actual.

Pero con muchas dificultades.

—Puede. Pero el teatro nunca va a desaparecer, es algo tan antiguo, ha perdurado siempre, tiene siglos de historia, no creo que vaya a desaparecer de nuestras vidas así como así.

¿Más fuerte que la pandemia o resistente a ella?

—Ja, ja, ja… Yo creo que sí. Los actores y actrices estamos aquí para demostrar que el teatro sigue muy vivo y es muy necesario para nosotros y para los espectadores. Vivimos en un mundo muy tecnológico, las series siempre van a estar ahí, las podemos ver con muchas facilidades y en muchos lugares distintos. Aunque creo que a la gente le gusta ir al teatro, salir de casa y ver lo que hacemos en los escenarios. Ver una historia en vivo y en directo es algo inexplicable, ir al teatro es una experiencia que no se puede cambiar por nada.

Veo que le enamora el teatro.

—Me gusta meterme en la piel de los personajes en el medio que sea, me siento cómoda en todos, pero el teatro tiene una magia que no se da de la misma forma en lo grabado. Yo me sostengo entre las dos cosas, cuando no hago audiovisual, estoy haciendo teatro.

¿Qué tiene entre manos ahora?

—Acabamos de estrenar La maniobra Heimlich o vomitando los años 80. Es una obra dirigida por Paco Revueltas y escrita por Ángel Miró. Es una comedia muy divertida sobre el mundo del teatro. Es una cena de antiguos amigos y amigas que tenían una compañía de teatro. Mi personaje es el de la hija de uno de ellos, odio el teatro porque me traumatizaron de pequeña llevándome a los ensayos. Es muy divertida, a la gente le ha gustado mucho.

Ha trabajado mucho en Pabellón 6. ¿Qué significa para los actores jóvenes este proyecto?

—La compañía joven de Pabellón 6 es una oportunidad para poder trabajar de una manera digna. Muchas veces en esta profesión, sobre todo cuando empiezas, hay esta cosa de trabajar gratis…

¿Se acepta?

—Claro. Juega mucho tu falta de experiencia, el pensar que te va a abrir puertas hacer algo gratis. Pabellón 6 te ofrece dignidad, te ofrece tu primer trabajo de forma digna, cobras un sueldo al mes, tienes ensayos pagados, tiempo para ensayar.

Los ensayos siempre han existido, ¿se ha reducido ahora?

—Mira, como el tiempo es dinero, no hay tiempo para ensayar. En Pabellón 6 lo hay. Además, tienes la oportunidad de hacer una función varias veces, eso suele ser muy difícil en los tiempos que corren. Las funciones pueden estar tres, cuatro fines de semana y eso es un lujo. Aprendes un montón. Pabellón 6 está haciendo una labor muy importante en Bilbao.

Un generador de cantera, ¿no?

—Exacto. Mantiene una cartelera semanal, da apoyo a actores y actrices; es un lugar en el que puedes probar con ganas tu pasión por la interpretación. Da espacio al arte más alternativo. Me parece extraordinario lo que se está consiguiendo desde Pabellón 6. Toda la gente que ha sostenido este proyecto ha hecho un trabajazo.

¿Cómo es ir de casting en casting?

—Es una vida dura, pero también aprendes mucho. Te genera mucha incertidumbre, pero así es la profesión. Nunca sabes qué puede pasar, nada está en tus manos. Tú puedes hacer las pruebas lo mejor posible, pero hay otros factores que no están en tus manos… Hay que hacer un ejercicio con una misma para no desesperarse por lo que no sale y seguir siendo positiva. Hay que tomarse las cosas en serio, pero en su justa medida. Ser actriz es un camino complejo, lleno de altibajos.

Tiene una formación muy completa, también ha estudiado música.

—Se lo tengo que agradecer a mis padres que desde muy pequeña me han llevado a solfeo, toco varios instrumentos. Me ha ayudado mucho, si hay que tocar un instrumento en escena, lo hago; la música me viene muy bien para coger el sentido del ritmo en una escena.

¿Se puede permitir el lujo de vivir de esta profesión?

—Ahora mismo sí, pero con altibajos. Es una profesión muy inestable, pero era algo que ya sabía.

“Pabellón 6 da apoyo a los actores y actrices más jóvenes y es un espacio para el arte alternativo”

“Me presenté a los casting de ‘Patria’ y ‘La línea invisible’ y tuve suerte, me dieron los personajes”