La Bruja Avería y los electroduendes de La bola de cristal, marionetas icónicas de TVE en los años ochenta, han recuperado su frescura antes de viajar a su nueva casa, el Museo Internacional de Títeres de Albaida (Valencia), gracias al trabajo de restauración del escultor Juan Villa, que ha disfrutado de su particular "viaje a la infancia".

"Me crié con estos personajes. Era de aquellos críos que estaba los sábados por la mañana pegado al televisor con un poco de miedo y fascinación por la bruja y los electroduendes", rememora a Efe Villa, que ha acogido en su taller de Cubillas de Santa Marta (Valladolid) las piezas originales 36 años después de su debut en la pequeña pantalla para restaurarlas antes de ocupar las vitrinas del museo. Gracias al empeño que pone alguien a quien le apasiona su trabajo (prueba de ello son el E.T. o el busto de Nefertiti que tiene en la oficina), la Bruja Avería y el resto de la tropa han pasado un verano de chapa y pintura bajo el máximo rigor hasta conseguir un resultado satisfactorio.

Explica Villa que, igual que una pintura o una escultura, el proceso de restauración de estas marionetas debe ser riguroso, "porque hay un límite que no se puede pasar, si lo haces sería todo artificial y no tiene ningún sentido". El escultor siente al restaurar a los personajes de La bola de cristal lo que sería para un especialista en escultura hacerlo con una pieza de Chillida, o uno de pintura con un cuadro de Kandinski. "Es un privilegio tener entre tus manos estas piezas que creó un compañero y poderle dar tu cariño y el honor que se merece. Desgraciadamente en muchas ocasiones todo esto acaba en la basura, perdido o roto. Es mucho trabajo el que hay detrás, y en este caso es parte de la historia de la televisión", confiesa.

Las piezas originales estaban formadas de vinilo y solo se usaron la primera temporada, ya que se estropeaban más y la necesidad de restaurarlas hizo que se fabricaran varios lotes de látex para facilitar el trabajo en rodaje, copias que parece que se han perdido. Villa considera que el que las originales estén fabricadas en vinilo ha hecho que sigan en buen estado 36 años después del inicio del programa, aunque reconoce que al recogerlas "tenían sus cositas", por ejemplo el pelo de la marioneta de Maese Sonoro, que era de animal, estaba totalmente perdido, por lo que lo han reintegrado en una peluca artificial. El escultor vallisoletano, primero como consumidor del programa y ahora como restaurador de las marionetas, valora La bola de cristal por ser un programa "muy moderno y fresco, incluso hoy, por su creatividad, era una explosión". Eso ha generado que la marioneta de la Bruja Avería sea reconocida por toda una generación, y aunque Villa no se atreve a ponerle un precio, sí considera que su valor es elevado "por la exclusividad de la pieza y por la importancia para la televisión española".

El vallisoletano agradece que vayan a parar a un museo, pues así se evitarán los posibles daños que puedan sufrir con el paso del tiempo al tener controlada la temperatura, la humedad y que no les de la luz directa del sol. "Ha sido como tener un Giacometti, uno de mis escultores predilectos, una temporada y poder disfrutarlo. Toda la gente que nos criamos en esa época lo veíamos. No teníamos otra oferta, pero esa oferta era muy buena. Todo el mundo ha hecho un viaje al corazón tremendo".