Jordi Rebellón ha pasado por muchas series, hasta fue alcalde en dos episodios en Barrio Sésamo, ha imitado a Antonio Flores en Tu cara me suena y si va a un karaoke hay que arrancarle el micro de las manos. Ahora le toca ser contable y relacionarse con todo el abanico de personajes que se pasean por el Mercado Central de La 1. Han pasado veinte años desde el estreno de Hospital Central y ocho desde que esta serie cerró las puertas, pero lleva pegado a la piel el personaje del antipático doctor Vilches.

Hábleme de Fernando Luján.

—Es un contable que trabaja en una gestoría y la oficina está al lado del mercado. Él desayuna todos los días dentro, en el bar de Jorge. Se hacen amigos y Fernando ayuda a Jorge a llevar los papeles, a declarar el mercado como bien cultural€ A partir del contacto con este hombre, empieza a conocer a todos los personajes que hay en Mercado Central. Y no pienso contarte nada más, mira que antipático me pongo con los secretos.

Un poco.

—Ja, ja, ja€ Es que es una serie diaria en la que pasan muchas cosas y es mejor verla día a día. Estoy encantado con ser Fernando. Mi personaje es un hombre con muchas aristas.

Como casi todos los que hace.

—Es verdad. Me dan hombres con carácter para interpretar. Fernando tiene muchos matices, muchos colores y va a llevar muchas sorpresas a las tramas de Mercado Central, te lo puedo asegurar. Pero las sorpresas nunca deben desvelarse y, además, de palabra perderían efecto.

¿Más simpático que Vilches?

—Es difícil olvidarse de Hospital Central, ¿eh? Son dos hombres diferentes. Es bastante más simpático que Vilches.

Vuelve usted a coincidir con María Casal y, además, coinciden también en ser los nuevos de 'Mercado Central'.

—Tenemos tramas diferentes, no coincido en el rodaje con ella. Pero hemos coincidido fuera de plató, también he coincidido con Jesús Olmedo y con muchos actores con los que he trabajado a lo largo de mi trayectoria, también con gente de los equipos técnicos. En este trabajo, vamos dando vueltas y nos vamos encontrando.

Ha llegado entrenado, había estado en otras dos diarias: 'Amar es para siempre' y 'Servir y proteger'. ¿Cómo se llevan las grabaciones intensivas para una historia que se emite de lunes a viernes?

—Más te vale que lo lleves todo muy bien estudiado a plató. Las series diarias son muy dialogadas, tienen muchas páginas por secuencia y te obliga a no tener vida más allá del rodaje y de las horas de estudio. Incluso hay que aprovechar los fines de semana para avanzar porque te puede pillar el toro.

Supongo que combinar con teatro es una misión imposible.

—Ya he pasado por ello. Cuando estuve en Amar es para siempre hice teatro a la par que la serie, y te aseguro que es algo horroroso, lo pasas muy mal, no duermes, no disfrutas. No tienes tiempo para estudiar o preparar al cien por cien los dos personajes que tienes entre manos. En definitiva, es difícil conectar y desconectar con el trabajo. También es cierto que no tenía teatro entre manos, acabé la gira el año pasado con Concha Velasco y tal y como está el panorama cultural, no creo que vaya a hacer teatro en un tiempo. Ahora estoy dedicado en exclusiva a Fernando Luján, tengo que hacer me amigo de este hombre que me han dado como personaje.

Imagino que grabar sin abrazos, sin contacto, con distancia y ver a todo el mundo con mascarillas tiene que ser chocante.

—Casi de otro planeta, pero es lo que hay y no queda más remedio que aceptarlo. Todo resulta extraño, raro. Nosotros salimos de casa con la mascarilla, llegamos al set de rodaje y nos toman la temperatura, nos dan una nueva mascarilla, no nos la quitamos hasta que dicen: Acción. El equipo técnico no se la quita durante las ocho horas de grabación. Estamos rodeados de geles desinfectantes, no podemos tocarnos, abrazarnos ni darnos unos besos.

Totalmente distópico.

—Y cómo explicas tú una historia de amor sin besos ni abrazos o una historia con violencia si no te puedes tocar... Todo resulta muy extraño.

¿Le resulta difícil acostumbrarse?

—Es que hay momentos que no te lo crees. ¿Qué haces en una secuencia en la que toca coger a tu pareja y darle un beso?

¿Efectos especiales para el amor e imagen virtual?

—Ja, ja, ja€ Puede ser que vayan por ahí los tiros. Yo no me acostumbro, es una situación que no hemos vivido y los actores jugamos con sentimientos. Es como si estuvieras en otro planeta haciendo cosas raras. Habrá que mentalizarse porque parece que esto va para rato.

La OMS dice que la antigua normalidad no volverá hasta 2022.

—Seguro. Pero hay muchas historias que son difíciles de explicar manteniendo las distancias.

¿Qué ocurre cuando tiene que besar a una actriz en una escena?

—Que te acercas, hasta donde puedes, y de ahí se pasa a un fundido de la secuencias y la gente tendrá que imaginarse que se han dado un beso o que se han acostado en la cama€ Va a ser la gente la que juegue con su imaginación porque nosotros no podemos ir más allá de donde nos dicen, no nos metemos en la cama.

Han cambiado mucho las formas de hacer televisión€

—Mucho no, muchísimo. El actor o la actriz siguen usando las mismas herramientas, sus cuerpos y sus sentimientos. Pero han cambiado las historias, las técnicas y la forma de ver un trabajo hecho para televisión. Las series ya no duran tanto como antes€

¿Sería posible que hubiera series que durasen lo mismo que 'Hospital Central'?

—Tenemos a Cuéntame cómo pasó que lleva más años. Pero es muy diferente porque las televisiones no arriesgan tanto como antes. El momento de Hospital fue muy especial, para empezar no existían plataformas como Netflix que han puesto el mundo de la televisión patas arriba.

¿Para bien o para mal?

—Para todo. Tampoco había redes sociales, no había temáticas y Telecinco apostó, apostó con dudas€

¿Dudas? Fue un éxito desde el principio.

—Sí, pero cuando está en proyecto surgen las dudas y esas dudas se borraron cuando empezó a dar audiencias del 35%.

Ahora sería ciencia ficción.

—Y tanto. Creo que eso ya no volverá a pasar más con ninguna serie. Hay series que son muy buenas y que funcionan bien. Ahí tienes La casa de papel y otras muchas series, pero doce años en este momento es impensable. Para empezar, hay mucha más competencia de la que había antes.

Se estrenó en abril de 2000, 20 años, ahora la están reponiendo de nuevo en Divinity. ¿Le gustan las repeticiones de series?

—Bueno, no sé qué decir. Hospital no se había repetido nunca. Si estoy en casa, intento verla. Me río mucho por cómo hemos cambiado todos. Es divertido ver algunas escenas y ver cómo actores que empezaron a trabajar en esa serie y nadie los conocía se han convertido en muy queridos y reclamados. Te gusta recordar las cosas que vivimos durante más de una década. Fueron doce años y creamos una familia de actores y equipo técnico.

Aunque fue un personaje pequeño, usted fue el alcalde de 'Barrio Sésamo' hace 25 años.

—Y tan pequeño, fueron solo dos capítulos. Cuando empezaron a mezclar actores con muñecos me llamaron para ser el alcalde.

Se apunta a todo, hasta a participar en 'Tu cara me suena' imitando a Antonio Flores.

—Es que a mí me gusta mucho cantar, me divierte. Soy muy amigo de Lolita y quise darle una sorpresa y les dije: "Quiero emocionar a Lolita y tener pelo". Me lo pasé muy bien.

Yo no le imaginaba cantando y haciendo imitaciones.

—Pues imagínatelo. Yo voy a un karaoke y me tienen que quitar el micro. ¿No me imaginas cantando?

No sé, le veo serio y poco gamberro.

—Pues cuando me desmeleno€ Ja, ja, ja.