Cecilia Gessa y su marido, Carlos Bardem, han pasado el confinamiento grabando Diarios de la cuarentena un formato que se ha exportado a Estados Unidos y que otras cadenas también han copiado. Aunque es inevitable hablar de la pandemia, de sus consecuencias y de las experiencias que ha reportado, la actriz madrileña espera volver a tomar las riendas de su agenda, que antes de que el mundo se parase por el Covid-19, incluía diferentes proyectos de cine y teatro . "Nosotros, en vez de hacer pan y bizcochos, hemos hecho una serie y estamos encantados", dice ahora. Además, según confiesa, rutinas de ejercicios, correr y bailar en casa han sido sus tareas más importantes durante el tiempo que ha permanecido encerrada.

¿Cuántos años lleva dirigiendo, interpretando, escribiendo y haciendo casi de todo en el mundo artístico?

- Uf, mucho. Tengo 42 años, soy toda una señora ya, pero el tiempo pasa volando y los trabajos que has hecho se van acumulando en tu currículo. Así, en un cálculo rápido, han pasado unos veintidós años desde cuando empecé a estudiar teatro en Madrid. La mía fue una formación muy teatral, porque era lo que más me apetecía. Ahí fue cuando me di cuenta de que aquello era serio y de que iba a ser mi profesión. Desde entonces nunca he parado de trabajar.

¿Por qué le interesó el mundo del espectáculo?

- No solo es el espectáculo; a mí todo lo que sea cultura me llena e intento dar rienda suelta a lo que llevo dentro. Pienso que la cultura es necesaria para el alma.

Va a tener que convencer a mucha gente de ello, y más en estos momentos.

- No importa cuánto cueste. Creo que son muchos los que saben lo importante que es la cultura. ¿Que no quieren verlo? Eso es otra cosa. Pero también somos muchos los que trabajamos para cambiar algunas ideas. La cultura es importante, necesaria y también es trabajo e industria. Llevo tres años con mi empresa, que se llama Gessas Producciones, y desde que descubrí la dirección la lié parda. ¡Me gusta muchísimo!

Así que lo que le gusta es mandar.

- Ja, ja, ja€ Eso también, pero lo importante es que a través de la dirección puedo decir y contar muchas cosas de las que no hablo habitualmente, y además puedo mostrar cómo soy. Parecerá extraño, pero soy bastante introvertida con lo que pienso y con lo que siento, y me cuesta horrores exteriorizarlo.

Hay muchas productoras. ¿Por qué decidió meterse usted en un mundo tan competitivo?

- Surgió de la necesidad de dirigir mis propios proyectos. Es verdad que este es un mundo competitivo, un mundo donde se presentan muchas producciones, y por eso creo fundamental tener una empresa por detrás que defienda tus proyectos. Fue por todo esto por lo que me decidí a fundar mi propia productora y estoy feliz. Ahora no me conformo solo con ser actriz, quiero seguir dirigiendo porque creo que son dos actividades compatibles.

¿Resulta fácil dirigirse a una misma?

- No suelo hacerlo, prefiero estar fuera del escenario cuando dirijo.

Con Extafadas sí que fue actriz y directora.

- Pero no todo el rato. De las cuatro temporadas que estuvo en el Teatro Lara de Madrid, dos intenté dirigir y fue complicado. Cuando dirijo no disfruto de mi otro yo como actriz, así que no lo hago. Para disfrutar como actriz prefiero que me dirijan otros. En mis últimos proyectos sí estoy dirigiendo, pero solo dirijo y no actúo, así me concentro al cien por cien en lo que estoy haciendo.

¿Resulta más fácil ser directora siendo actriz?

- A mí me ha ayudado mucho. Creo que los directores y directoras que primero hemos sido actores tenemos una ventaja: que sabemos relacionarnos mucho mejor con nuestros compañeros. Sé cómo dirigirme a los actores y pedir lo que quiero con pocas palabras o con un par de gestos. De verdad que me entiendo muy bien. Al mismo tiempo, aprendo muchísimo como actriz cuando estoy dirigiendo. Para mí, todo esto ha sido un descubrimiento.

Usted ha aterrizado en el mundo de la interpretación con la cultura en sus genes. La familia Gessa es muy artista y destaca en disciplinas de lo más variadas.

- Sí, mi familia paterna era muy artista. Hemos tenido pintores, como mi bisabuelo; también recuerdo haber ido a ver a mi abuela en La verbena de la Paloma; y mi padre también actúa y escribe. Desde chiquitina he ido mucho al teatro y en casa hemos vivido cine, música y siempre había muchos libros alrededor. Visto ahora, me encanta haber vivido esa época de la niñez sin redes sociales y sin móviles.

Dígaselo a los niños y jóvenes de ahora. A ver cómo les convence.

- Contándoles que puede ser muy especial vivir la niñez en familia o convertir el hecho de ver una película en una ocasión extraordinaria para estar todos juntos. Ahora, a lo mejor no se valora tanto porque tenemos todas las plataformas y hay un montón de opciones. Es mucho más sencillo tener acceso a un gran catálogo de películas, series, documentales y música con un solo clic, y yo, a pesar de haber intentado otros caminos, sobre todo para pagar facturas, siempre he acabado volviendo al mundo artístico, que es realmente lo que a mí me interesa.

El amor le ha llevado a otra familia muy artística, los Bardem.

- El destino, más bien. Llevo diez años con Carlos y estoy feliz y encantada de todo lo que me aporta. Como familia, los Bardem son una maravilla. Para mí, todo un referente. Les admiro muchísimo, tanto profesional como personalmente. Admiro mucho a las personas comprometidas, y no solo con su profesión, sino con los demás. Me parece importantísimo ver más allá de uno mismo. Lo estamos viendo en esta época que estamos viviendo, cuando tenemos que ser todos uno y ayudarnos, aunque no solo ahora, siempre hay que intentar dejar de lado los celos y las envidias, esos resquemores que nos acompañan a diario.

Está pidiendo casi un imposible.

- Ya sé que no hay que estar hablando todo el tiempo de la pandemia, porque puede resultar agobiante, pero el confinamiento que hemos vivido nos ha puesto a cada uno en nuestro sitio. No somos más que nadie. Todos hemos sentido miedo o aprensión por lo que pudiera pasar, y por eso digo que es necesario aparcar todo lo negativo que sintamos, aunque cueste mucho.

Tiene que imponer un poco estar dentro de esa familia tan mediática y que parece tan poderosa en muchos aspectos.

- No para mí, porque solo es la familia de mi marido, y por lo tanto también la mía. A mi juicio, esta familia es sabiduría, aprendizaje, fuerza€ Todo lo que conlleva el apellido Bardem es sobre todo fuerza.

Hay proyectos en los que coincide con Carlos, ¿es fácil trabajar en pareja?

- Como nos llevamos muy bien y nos queremos mucho -por eso somos pareja-, trabajamos muy bien juntos. El último proyecto, Diarios de la cuarentena, ha sido todo un reto, quizá más difícil que otros en los que hemos estado juntos, porque teníamos que aprendernos nuestro texto, pero también iluminarnos, conseguir el vestuario, que la cámara enfocara bien... y teníamos que hacer todo lo que habitualmente hace un equipo formado por bastantes personas.

¿Ha habido tensiones?

- Pues no, y eso es lo sorprendente, porque a veces era estresante. Nos hemos reído mucho y cada uno nos hemos encargado de una cosa. Ha sido una experiencia brutal€

¿Cree que se va a poder seguir haciendo televisión desde casa?

- Que se puede hacer se ha demostrado con esta serie, y también con otras. Además, se han hecho programas de entretenimiento desde las casas de los propios presentadores. ¿Poder? Se puede, pero también es cierto que esperamos no tener que volver a hacerlo, no estar confinados y no volver a pasar por la situación de no poder salir de casa. Tiene que volver a haber teatro, el cine y la televisión deben volver a los platós, y tiene que volver a sonar la música con fuerza.

Carlos Bardem y usted coincidieron en la serie de Antena 3 'La embajada'.

- Sí, pero no fue tan divertido. Mi personaje no tenía mucho peso y tampoco un gran recorrido. La serie estuvo muy bien y el personaje de Carlos, Paquito, era maravilloso. Yo me reía mucho con su personaje, me hacía mucha gracia.

Que disfrutó más en 'Diarios de la cuarentena', vamos.

- Mucho más, y también tengo que decir que fue un alivio en esos momentos. Nos llamó Álvaro Longoria y nos dijo si queríamos grabar un piloto que se le había ocurrido. Lo grabamos con alegría e ilusión, pero no esperábamos que fuera más allá. A los pocos días nos llamó y nos dijo: Va para Televisión Española.

Y a pesar de todo recibió sus críticas.

- Bueno, todos sabemos cómo va este mundo. Todo es criticable. A muchos les pareció mal porque era hacer comedia en unos momentos duros, pero también necesitamos reírnos en tiempos difíciles, ¿no te parece?

¿El humor terapéutico?

- Claro, el humor puede ser una cura terapéutica.