- El doblaje de un "largometraje estándar" puede implicar a unas 40 personas en el estudio de Penteo Films, en la zona rural de Ferrol, un dato que basta para sospechar que los cambios han llegado con fuerza al sector por la covid-19. Dicho y hecho. Su responsable, José Polo, cuenta a Efe que hasta ahora "se tardaban tres días", pero la pandemia puede alargar el proceso "un par más" porque el trasiego ya no se puede mantener en las mismas condiciones. Habituado desde la discreción que caracteriza al gremio a nutrir a los canales televisivos históricos y a las emergentes plataformas audiovisuales, relata que un filme convencional precisa la voz tanto de un protagonista como de los papeles pequeños o los meramente anecdóticos. Un reguero de actores a los que toca estos días convocar "con calma, de uno en uno".

"Nosotros somos proveedores de televisiones y no pararon de emitir, aunque se notó bajada; no hubo tanta intensidad", afirma. Indica que en Penteo Films han aplicado "medidas muy estrictas" al ser un "lugar cerrado" que requiere, sin ir más lejos, un potente sistema de aire acondicionado. Muchas medidas de precaución porque son "muchas horas" las que pasa en el estudio, impulsado desde 2004 al calor de la irrupción de los canales de la TDT. Fue casi un renacer del doblaje, como en Galicia lo fue en 1985 el nacimiento de Televisión de Galicia.

Esa edad de oro parece que alarga su duración porque la emergencia de las soluciones por internet aviva la necesidad de voces y firmas asentadas en este nicho de mercado. Según José Polo, ante un micrófono casi por casualidad desde 1994, "descubrí que me encantaba" gracias a un curso, la televisión "siempre va creciendo". Incluso en días de Netflix y aparente recorte de la cuota de pantalla tradicional. Su diagnóstico es otro: "Hay más vías en las que ver películas o series, la tarta se está cortando más y no tiene pinta de que se vaya a acabar". El titular de Penteo Films aventura que habrá cada vez "mejores formas de ver los contenidos" porque la calidad de imagen y sonido siguen en ascenso.

Aunque en sus inicios "prácticamente" lo copaban todo Madrid y Barcelona, la cuota de trabajo se ha ido ampliando en otras comunidades. Ensalza el trabajo en el País Vasco o Andalucía y sitúa a Galicia como "tercera potencia" en España. El doblador responde tras ultimar un audiolibro, otro ejemplo de que sus posibilidades abarcan un espectro más amplio que hace años. Valen para casi todo, de un documental a una serie de dibujos animados. Clientes como Netflix "están dando mucho" a su colectivo, que podría "cambiar de estilo" al trabajar por estas influencias, pero que parece resistir la crisis tras semanas en las que las ganas de alimentarse de creación audiovisual han alcanzado su cumbre.