- La nube, ese espacio digital lleno de posibilidades que ofrecen las empresas tecnológicas, podría tener un nuevo servicio: una vida digital tras la muerte; al menos así lo imagina Upload, la nueva serie del creador de Parks and Recreation y la versión de The Office en EE.UU. El guionista Greg Daniels se introduce en la ciencia ficción planteando un futuro cercano, el año 2033, en el que muchas ideas que se discuten ahora, como la inteligencia artificial o la conducción autónoma, ya están plenamente implantadas y muestran su lado más surrealista e irónico. “No sé si es una distopía o una utopía, yo lo llamaría midtopía”, comenta. Para muchos esa midtopía es más bien una entrega de ciencia ficción con mucha sátira que rompe con el futuro triste y pesimista que ha presentado la televisión en los últimos años.

“Por supuesto que conozco Black Mirror, admite Daniels, aunque su idea surgió en los años 1990 cuando comenzaba la transición de lo analógico a lo digital, de las cintas a los discos, y él se planteó “¿cual sería la última cosa que se podría digitalizar?” Pues la mente humana. La idea de la nube, presente y accesible siempre en Internet, permitió dar forma al guion de esta serie en la que es posible vivir en un entorno completamente digital al que se accede al subir el subconsciente humano tras la muerte. Aunque el planteamiento suene avanzado, el resto de las cosas que suceden en Upload son cotidianas y normales. El día a día del 2033 es igual de costumbrista que en el 2020. “La única cosa de toda la serie que todavía no se ha inventado es la digitalización de la mente, el resto ya existe y es posible”, opina Daniels. Con este pretexto, aprovecha para hacer una sátira de la realidad como ya hizo con los vicios de la política local en Parks and Recreation y la parte más surrealista de la cultura laboral en The Office, dos prestigiosas series que avalan a su creador, candidato en 20 ocasiones a los Emmy.

En Upload, la crítica de Daniels se centra en la acelerada obsesión por tecnificar nuestra vida, apoyada en la complicidad del capitalismo más salvaje, que ahora es capaz de extenderse al “más allá”. En ese mundo posmuerte que imagina Upload, los servicios funerarios en la nube se ofrecen por empresas llamadas Horizen o AT&T&T que, como su mismo nombre, emulan a la compañías tecnológicas y ofrecen planes y contratos con diferentes paraísos en los que vivir, mejoras en la conexión y otros extras. La vida eterna que puedes pagar es la que tendrás, todo un vuelco a siglos y siglos de culto religioso. “Es ciencia ficción y humor”, insiste Daniels.

Pero lejos de ser una crítica sesuda al capitalismo, Upload cuenta un retrato humano. El protagonista, encarnado por Robbie Amell, sufre un accidente de tráfico -porque la conducción autónoma del 2033 también puede fallar- y su novia millonaria (Allega Edwards) decide subir su subconsciente a una plataforma de lujo que administra ella para seguir llevando una vida normal. Pero esa vida postmuerte en un mundo digitalmente avanzado está llena de problemas: falta la familia, hay publicidad, anuncios con ofertas y mejoras, fallos del sistema y cargos en cuenta que despiertan una “conciencia de clase” en el mismísimo paraíso.