Con su tercer largometraje, Florian Henckel von Donnersmarck, ganador del Oscar a la Mejor Película de Habla no inglesa por su opera prima, La vida de los otros (2006), regresa a Alemania después de un periplo aclamado internacionalmente en Hollywood. Y en su último largometraje, La sombra del pasado, explora un tema tan inusual como ambicioso, que abarca tres décadas de la historia de la postguerra alemana bajo el envoltorio de drama y suspense. Todo ello a través de una historia emotiva y familiar, a través de la representación de tres destinos distintos.

El filme gira en torno a Kurt, un joven estudiante de arte en la Alemania del Este, que está enamorado de su compañera de clase, Ellie. Sin embargo, el padre de ella, un importante médico, no aprueba la relación entre ambos y está decidido a destruirla. Y lo que ninguno de ellos sabe es que sus vidas están conectadas por un terrible crimen cometido décadas atrás.

Cuenta Florian Henckel von Donnersmarck que siempre ha estado ligado al arte, desde que su madre le llevó a ver, con solo diez años, la exposición Zeitgeist en el Martin Gropius Bau de Berlín. Según desarrolló su carrera de cineasta, siempre le persiguió la idea de hacer una gran película sobre el arte alemán en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Fue así como llegó La sombra del pasado.

fondo histórico Cuál es la cualidad que define a los alemanes o de dónde viene el arte son algunas de las preguntas que plantea el largometraje, además de intentar abordar el hecho de la receta que determine por qué una obra de arte conmueve o no. Con la guerra y la reconstrucción de Alemania como telón de fondo, el protagonista del filme, Kurt Barnert, tratará de encontrar su sello personal como artista. Interpretado por Tom Schilling, conocido por papeles como el de Oh Boy, chocará de bruces con su suegro, el profesor Carl Seeband, interpretado por Sebastian Koch -que ya participó en La vida de los otros-. “Son dos hombres brillantes, pero totalmente diferentes y la fuerza del argumento proviene del choque entre ellos, como una historia sobre la esencia de la inspiración y el poder del arte”, reflexiona Koch. Todo ello, además, bajo el pulso de un circunstancias trágicas que les unen a ambos, junto a Ellie -Paula Beer- pese a que ninguno de ellos lo sabe.

Arte, intriga y una relación de amor imposible dan lugar a un filme que, en palabras de Von Donnersmarck, “es para todos aquellos que estén un poco aburridos de la trivialidad de todo lo que se ve hoy día en las salas de cine”.