Eduardo Sáenz de Cabezón es matemático y presentador del programa Órbita Laika; José Luis Crespo es físico y divulgador científico bajo el proyecto Quantum Fracture y Aitzol García-Etxarri es investigador Ikerbasque en el Donostia International Physics Center (DIPC), pero los tres son, sobre todo, seriéfilos.

De "The Big Bang Theory" a "Black Mirror" pasando por "Breaking Bad" y "Doctor Who", las series sobre ciencia son una constante en las plataformas, pero ¿cuánto hay de realidad detrás de ella?. Esta y otras preguntas trataron de responder ayer en el Festival Crossover de Donostia.

En primer lugar, ¿cuánto de seriéfilos son?

-Eduardo Sáenz de Cabezón: Todo lo que el tiempo nos permite (risas). Por lo menos, en mi caso. En mi tiempo libre las series juegan un papel destacado.

-José Luis Crespo: En mi caso también un capitulito mínimo al día cae.

-Aitzol García-Etxarri: Yo lo único que puedo añadir es que al llegar a casa lo último que quiero ver son series de ciencia (risas).

Eso les iba a preguntar, ¿las ven o prefieren olvidarse del trabajo?

-A.G.: No es que quiera olvidarme pero por alguna misteriosa razón siempre acabo en Downton Abbey, Victoria, The Crown... (risas).

-J.L.C.: Es muy difícil dar con una serie en la que no veas algo, aunque sea un guiño a la ciencia.

-E.S.: A mí la temática no me echa para atrás. Me gusta ver sobre ciencia e incluso me produce interés enterarme si hay una nueva que la aborde, para bien o para mal.

¿Son de fijarse si lo que cuenta está científicamente bien o está mal?

-E.S.: No vas buscando el fallo, sabes que es ficción. Es más bien la curiosidad que me produce cómo ha contado algo. A veces está mal y no pasa nada.

Tanto en las series como en el cine, la ciencia está llena de tópicos. El más claro puede ser 'The Big Bang Theory' y el frikismo que puede haber detrás.

-A.G.: Yo siempre digo que The Big Bang Theory estereotipa mucho a los científicos pero he visto cosas muchísimo peores que Sheldon Cooper (risas). Tengo anécdotas para parar un tren de personajes más que interesantes.

-J.L.C: ¿Hay personajes como Sheldon en la ciencia? Sí, es correcto. ¿Es la mayoría de la gente así? No. En lo que sí que se parecen es en que son gente con múltiples inquietudes.

-E.S.: Cuando aparece un científico en una serie es muchas veces siempre alguien extraordinario. Por la razón que sea el guionista tiene que destacarlo por algo y pocas veces hay un científico normal.

También está el científico loco, tipo 'Rick y Morty'.

-A.G.: Que también los hay. Pero en The Big Bang Theory también están el resto de personajes que no son Sheldon, aunque tampoco son del todo disculpables.

-J.L.C.: Son siempre disfuncionales en alguna cosa (risas). La pregunta es, ¿somos los científicos siempre disfuncionales en algo? (risas).

Son personajes ligados a los cómics, a los juegos de rol y a los videojuegos, algo que mucha gente sigue asociando con los científicos jóvenes.

-J.L.C.: En promedio, dentro del ámbito científico, sí que hay más gente, pero yo me he encontrado de todo. Gente que es reguetonera a muerte, que es metalera o hasta culturistas. Son perfiles que no son nada compatibles con lo que sale en The Big Bang Theory.

-A.G.: Pero, ¿no dirías que los que son superculturistas son superculturistas y los que son superfrikis del rol son superfikis del rol?

-J.L.C.: Es cierto que hay un poco de obsesión y tendencia a los extremos (risas).

-E.S.: Hay un estudio francés que no he visto que dice que los matemáticos son gente normal. Si analizas estado civil, aficiones y ese tipo de cosas estadísticamente no hay dos poblaciones diferenciadas entre ellos. Son más o menos como el resto de la gente, pero ya el hecho de que exista ese estudio a mí ya me hace saltar las alarmas (risas).

Al final, no dejan de ser tópicos para hacer avanzar una historia o crear personajes icónicos.

-E.S.: Por eso mismo creo que las series pueden marcar una mayor diferencia que las películas. Sheldon en un filme habría sido un personaje extravagante y, en cambio, en la serie tiene una evolución, dentro de un carácter muy marcado.

Estamos hablando únicamente de comedias, pero la ciencia también hace muy buenas migas con las distopías. ¿Les gustan las ficciones que llevan la ciencia a los extremos?

-A.G.: En algunas series hay elementos que están pasando en el mundo de la ciencia a día de hoy de los que no somos conscientes en la calle. Por ejemplo, en interfaces cerebro-computadoras veo cosas en series como Black Mirror que pensaba que no iban a ningún lado y que ahora me dan cierto miedo.

-E.S.: A mí me gustan mucho las distopías. Siempre que hay avances científicos hay miedo y con ese miedo se genera arte. Y creo que el arte se puede permitir reflexionar un paso más adelante de lo que se puede permitir la ciencia. Eso nos viene muy bien porque nos pone delante de un espejo y podemos reflexionar sobre lo que estamos haciendo.

-J.L.C.: También es ver cómo se plantean. Es muy diferente mostrar las consecuencias de la tecnología como lo hace Black Mirror que hacerlo como se hacía en series más de los 2000 en la que siempre había una catástrofe y todo el mundo iba a morir. Son preocupaciones que también vienen del índole científico pero que en vez de dejarte con las preguntas correctas solamente te causan susto y eso no es del todo constructivo.

¿Las series también tienen un poder de divulgación científica?

-E.S.: Sí, muchas veces se meten conceptos. Creo que la primera vez que oí hablar de Breaking Bad fue viendo una escena en la que Walter White explica el concepto de quiralidad. Al final, es alguien que ha dado una clase corta de química en una serie que ven millones de personas. Las series pasan un poco como con los cuentos y los valores, ¿tú puedes usar cuentos para transmitir valores y tú puedes usar series para hacer divulgación científica? Sí, salvo que lo intentes. Porque entonces, normalmente, va a salir mal.

-J.L.C.: Hay series que utilizan estos momentos de divulgación científica porque son elementos que te van a servir para comprender la trama. En Doctor Who sucede mucho. Hay otra escena de Breaking Bad en la que Walter White hace una introducción a la química diciendo que la química es cambio. Con ello, él ya está hablando de que durante todas las temporadas siguientes va a traccionar del bien al mal. Pasa a ser un recurso narrativo.

-A.G.: Y luego está que a la gente le gusta salir pensando que ha aprendido algo. Esto puede ser válido para una charla o para un vídeo divulgativo, pero también para una serie. A mí me vienen amigos preguntándome cosas que han visto para ver si es verdad o no y te das cuenta de que esa ficción les ha provocado algo, una inquietud, y eso es positivo.