La práctica generalizada de comprar por Internet requiere adoptar pautas correctas de actuación. Desde el BBVA, la responsable de Seguridad de la Información de Datos y Personas indica una serie de aspectos que el cliente no puede pasar por alto. Lo primero asegurarse que la página del comercio empieza por https. La 's' final es muy importante, al existir un candado cerrado en el navegador, lo que quiere decir que el intercambio de información es seguro.
Un segundo detalle es revisar que el comercio expone en un lugar visible la información de la empresa, CIF, domicilio social, etc..., cuenta con una política de privacidad y de devolución, y no ofrece ofertas de compra excesivas, con grandes descuentos en productos que habitualmente no los tienen. Errores tipográficos en la descripción de los productos e imágenes de baja calidad pueden alertar de que se está ante un comercio no legítimo. Leer las opiniones y comentarios de los usuarios, evitar comprar desde wifis públicas o utilizar tarjetas prepago son otras recomendaciones.
BBVA dispone de la tarjeta Aqua, con un CVV dinámico, lo que supone que ese dato no aparece impreso en la propia tarjeta, sino que se genera automáticamente en el momento de realizar un pago desde la propia App del banco y únicamente sirve para esa compra. El control del cliente sobre sus tarjetas es total en BBVA, permitiéndole bloquearlos los pagos de inmediato activándolos únicamente a la hora de hacer una compra. En caso de que el cliente reciba un cargo de compra que no reconoce, lo más importante es ponerse en contacto con el banco lo antes posible y realizar una reclamación.