La naturaleza es casi siempre caprichosa y ha creado formas y enclaves geográficos que siguen generando expectación y admiración a lo largo de la historia.

La especie humana ha completado este creación y a lo largo de los siglos ha intentado moldearla y adaptarla a sus necesidades e intereses.

Puentedey, sobre el río Nela. Freepik

Por eso ha ido creando asentamientos en sitios inverosímiles por muchas circunstancias que se han convertido en la actualidad en lugares singulares y dignos de visitar.

Uno de ellos es un encantador pueblo del norte de la provincia de Burgos, de medio centenar de habitantes y que está enclavado de forma casi inverosímil sobre un puente natural, lo que le confiere un aspecto entre mágico y enigmático.

Puentedey, o puente de Dios, se encarama sobre un arco de piedra natural por el que discurre el río Nela y está situado a unos 85 kilómetros de la capital, en la comarca de Las Merindades. Los habitantes de estas tierras no dudaron en atribuir la grandiosidad de esta obra al mismo Dios, y de ahí nació su nombre.

El puente natural y, en primer término, otro moderno. Freepik

Su gran puente de piedra sobre sobre el que se yergue la localidad es un puente natural horadado por el río y la erosión del viento en el curso más alto del Nela, muy cerca de su nacimiento en Busnela.

Asombrosos paisajes

Rodeado de montañas y de unos asombrosos paisajes con singulares desfiladeros, amplios páramos y frondosos bosques, sus estrechas calles acogen construcciones típicas de la arquitectura montañesa, así como el Palacio Brizuela, del siglo XV, y la iglesia románica de San Pelayo, del siglo XI.

El impresioante puente natural. Freepik

Muy cerca de ella se abren los canales de Dulla, un escondido y singular espacio compuesto de varios profundos cañones de material kárstico por los que circulan corrientes de agua de carácter intermitente.

Toda esta comarca de Las Merindades tiene una amplia infraestructura hostelera y de alojamientos para disfrutar de la naturaleza y de los grandes alicientes de un turismo paisajístico, cultural y gastronómico del que Burgos es buen ejemplo.

Cascada de La Mea, cerca de Puentedey.

Cascada de La Mea, cerca de Puentedey. T. B.

Entre Puentedey y Quintanilla Valdebodres se precipita la cascada de La Mea. A 400 metros de la carretera, en un paisaje de robles y encinas, un intrincado camino conduce hasta una enorme peña de la que se desprende un chorro de agua que va a parar al río Nela.

Cascada

Los cuatrocientos metros que separan la carretera de la caída de agua son un delicioso paseo entre quejigos y encinas. El barranco tiene su máxima amplitud a pie de vía y se estrecha conforme se llega a su final.

Las tranquilas aguas del Nela. T. B.

Cerca de Puentedey también pueden admirrase el monumento natural de Ojo Guareña, un complejo kárstico formado por más de 110 kilómetros de galerías y cuevas, o la Cueva de Pozalagua, ya en la parte más occidental del valle vizcaíno de Carranza, que destaca por sus enormes cavidades y, de manera especial, por sus estalactitas excéntricas en forma de flor. 

Muy próximo se encuentra, también, Orbaneja del Castillo, una localidad atravesada por una espectacular cascada que parte en dos el pueblo y del que parten sencillas y apasionantes rutas senderistas para disfrutar de la naturaleza en estado puro.