Por méritos propios, la demarcación de Lleida es el lugar ideal para sacar máximo partido a nuestro tiempo libre en verano gracias a su amplio abanico de posibilidades y propuestas turísticas pensadas para cubrir las necesidades de toda clase de turistas.
Las comarcas del Pirineo y las Tierras de Lleida son todo un referente para el turismo familiar. Las oportunidades que ofrecen a los visitantes son inmensas, tanto en materia de patrimonio monumental, natural o paisajístico como a la hora de poder realizar todo tipo de actividades que engloban desde el turismo activo a rutas senderistas por espacios de ensueño, pasando por ferias y fiestas populares en pequeños pueblos idílicos y otras muchas iniciativas del gusto de padres e hijos.
Para todos los públicos
En el periodo veraniego, las comarcas del Pirineo y las Tierras de Lleida esperan con las puertas abiertas la llegada de los que saben que encontrarán aquello que buscan para disfrutar de unos días de tranquilidad con la familia, así como para divertirse con actividades trepidantes y emociones fuertes. De hecho, la demarcación de Lleida combina descanso y aventura, naturaleza y patrimonio cultural, gastronomía y enoturismo, tradición y modernidad. Y todo custodiado por gentes de talante acogedor y apacible que se erigen en el auténtico patrimonio humano de esta tierra.
Desde el año 2021, la demarcación ostenta la certificación Biosphere Destination, que avala esta apuesta firme por la sostenibilidad, la responsabilidad y el turismo ecológico.
Aquellos que desean respirar aire puro y hacer actividades rodeadas de naturaleza para huir del ruido y las aglomeraciones de las grandes ciudades, encontrarán en el Pirineo leridano su destino ideal. El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici es el buque insignia del patrimonio natural del Pirineo, con casi 41.000 hectáreas de paisajes maravillosos repartidos entre las comarcas del Pallars Jussà, el Pallars Sobirà, la Alta Ribagorça y la Val d’Aran. En una experiencia única, las rutas y senderos de este majestuoso espacio llevan a descubrir bosques de pino negro o de abetos, casi 200 lagos naturales o nueve refugios de montaña.
La oferta de naturaleza de la demarcación incluye otras propuestas interesantes como el Parque Natural del Alt Pirineu, el más extenso de Cataluña, con cerca de 80.000 hectáreas y que, entre otras, acoge la cumbre catalana más alta, la Pica d’Estats (3.143 m.). Resulta una reserva del patrimonio natural pirenaico a nivel paisajístico y de fauna con especies emblemáticas como el urogallo, el quebrantahuesos o el oso pardo. Y toda esta oferta se complementa con el Parque Natural del Cadí-Moixeró –el segundo más grande de Cataluña–, repartido entre las comarcas del Alt Urgell, la Cerdanya y el Berguedà, u otros muchos rincones verdes como los de la Vall Fosca, la Vall de Lord o la Ribera Salada.
Aparte del Pirineo, descubren parajes con especial encanto la sierra del Montsec, que esconde tesoros como el desfiladero de Mont-rebei o el desfiladero de Mu, en Camarasa. O más abajo, en las comarcas de la Plana, el lago de Ivars y Vila-sana, el Aiguabarreig del Segre-Cinca, los secanos de las Planas de la Unilla, el tomillar de Alfés o las banquetas de los Canales de Urgell, por mencionar solo algunos de los Espacios Naturales de Ponent.
Los viajeros que prefieren disfrutar de sus vacaciones desde la vertiente histórica y cultural, en las comarcas de Lleida pueden visitar el conjunto monumental de iglesias románicas de la Vall de Boí, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco gracias a su singularidad, y la Seu Vella de Lleida, que corona la capital del Segrià con su majestuosidad y que se complementa con la Suda, el antiguo Castillo del Rey, de origen andalusí, o la catedral de La Seu d’Urgell, la única en Cataluña íntegramente románica.
En Lleida es igualmente factible transportarse a la prehistoria desde el Geoparc Orígens o descubrir vestigios del arte rupestre en la Roca de los Moros de El Cogul, en las Garrigues, donde contemplar pinturas ancestrales que cuentan con el reconocimiento de la Unesco.
Por su parte, la fortaleza de los Vilars, en Arbeca, nos acerca a la forma de vivir de los iberos y los castillos de frontera, como el de Mur en el Pallars Jussà o el de Concabella en la Segarra, nos adentran en los tiempos en que cristianos y sarracenos se disputaban el territorio leridano. El castillo templario de Gardeny en Lleida, la judería de Tàrrega, la Ruta del Císter, el Espacio Cultural de los Canales de Urgell de Mollerussa o el Museo Hidroeléctrico de La Torre de Capdella evocan momentos clave de la historia.
Y si apetece mirar hacia el futuro, no hay problema. El Parque Astronómico Montsec (PAM), en Àger, acerca a los visitantes a la astronomía y permite percibir la inmensidad del universo. Situado en pleno Montsec, está reconocido mundialmente con el sello Starlight, que tiene también el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.
A todo ello se suman actividades familiares para pasar un buen rato a cualquier edad. Es el caso de los viajes del Tren de los Lagos, desde Lleida hasta La Pobla de Segur, con el tren histórico y las magníficas vistas panorámicas del recorrido.
Igualmente, las visitas al Aran Park, en Bossòst, para conocer de cerca la fauna salvaje, o la posibilidad de buscar oro en familia en el Centro de Interpretación del Oro de Balaguer, son opciones destacadas. Por si fuera poco, son un reclamo para el turismo familiar el Zoo de los Pirineos en Odèn, en el Solsonès; las propuestas temáticas de la Manreana, en las Garrigues; el Museo Roda Roda de Lleida ciudad; el Museo de la Sal, en Gerri de la Sal, o el Ecomuseo de las Valls d’Àneu.
En busca de la aventura
Durante los meses de verano, cada cual busca la oferta a su medida. Ya sea tranquilidad, relajación y momentos de descanso para desconectar de la rutina como, en el otro extremo, vivir aventuras, hacer actividades y deporte en plena natura, estar en movimiento constante e, incluso, generar adrenalina con experiencias más intensas. Las comarcas de Lleida dan cumplida respuesta a esta última demanda, hasta el punto de haberse convertido en un referente en materia de turismo activo a escala internacional. Este sector tiene en la demarcación 270 empresas especializadas que ofrecen más de 50 actividades de tierra, agua y aire para vivir la aventura y el deporte.
El rafting sigue siendo el más popular de los deportes de aventura y la punta de lanza de la oferta en las comarcas del Pirineo leridano, con el Noguera Ribagorçana, el Noguera Pallaresa, el Garona y el Segre como centro de la actividad. Pero también hay otras disciplinas, como por ejemplo, el piragüismo (canoa y kayak), el hidrospeed, el hidrotrineo, el descenso de barrancos, el hidrobob y el trekking acuático, para mencionar las más populares.
En caso de preferir remojarse en aguas más tranquilas, el embalse de Rialb, el Ràfting Parc de La Seu d’Urgell, el Parque de la Roca del Call de Ponts, las dos grandes balsas de Gimenells, los embalses de Sant Ponç, Sallente, Sant Antoni y la Torrassa o el lago de Certascan, a más de 2.000 metros de altitud, son lugares ideales para la práctica del piragüismo, actividades subacuáticas, kayak, esquí acuático, vela, pádel-surf, windsurf y ultratub.
Otro de los platos fuertes que ofrecen el Pirineo y las Tierras de Lleida son los deportes y actividades en tierra firme. El senderismo y el trekking por parajes excepcionales y centenares de rutas marcadas por todo el territorio, con diferentes niveles de exigencia física, son uno de los principales atractivos para visitar la demarcación para los amantes de la actividad al aire libre y el excursionismo.
Por su parte, los amantes de la montaña tienen la posibilidad de subir a picos emblemáticos como la Pica d’Estats, el más alto de Cataluña; el del Sotllo, en el Pallars Sobirà; el Montardo, en la Val d’Aran, o el Besiberri y el Comaloforno, en la Alta Ribagorça, entre otros muchos repartidos por la geografía pirenaica y que en pleno verano se pueden visitar sin necesidad de llevar equipo especial, puesto que las altas temperaturas estivales ayudan a derretir la mayor parte de la nieve. Junto a estas actividades para hacer en estos meses de calor se encuentran las excursiones a caballo o en quad o las rutas en BTT, bicicleta de carretera o gravel.
Incluso los amantes de la espeleología, las vías ferratas o la escalada tienen zonas ideales para practicar estas aficiones. Camarasa, Sant Llorenç de Montgai, Vilanova de Meià, Oliana o el desfiladero de Terradets son algunos puntos donde se concentran los forofos de estas disciplinas.
Por último, para aquellos a quienes les gustan las alturas y volar, los municipios de Àger, en la Noguera, y Organyà, en el Alt Urgell, se han convertido en los principales polos de los deportes de aire en la demarcación, con el parapente como estrella, pero también se pueden practicar otras disciplinas como el salto base, los ultraligeros, vuelo en globo aerostático o vuelos sin motor. En suma, un inmenso plantel de alternativas para elegir a la carta.
Magia para el paladar
Los atractivos de la gastronomía y los productos locales de calidad son el reclamo de los llamados foodies o turistas gastronómicos. Ellos encontrarán la magia que buscan para el paladar en los alimentos gourmet y de gran calidad que producen el Pirineo y las Tierras de Lleida. Es el caso del aceite de las Garrigues, la ternera del Pirineo, los turrones de Agramunt, la pera de Lleida, el queso y la mantequilla del Alt Urgell y la Cerdanya, entre otras propuestas que enriquecen la oferta gastronómica de la demarcación. Los caracoles, la coca de recapte, la cazuela de tros, el trinxat o la girella son algunos ejemplos de platos y productos típicos que tientan al visitante.
Y, por otro lado, la D.O. Costers del Segre, dentro de su Ruta del Vino de Lleida, brinda la posibilidad de visitar bodegas por las comarcas leridanas, donde catar y comprar caldos elaborados por productores locales con certificado de calidad.
Más información: aralleida.com