El naufragio hace diez años de una patera ante Lampedusa, en el que murieron 368 inmigrantes, fue recordado ayer en esta isla del Mediterráneo y en toda Italia, pese a la ausencia del Gobierno de la ultraderechista de Giorgia Meloni en el lugar de la tragedia. Ningún miembro del Ejecutivo acudió a la isla. Por el centro de Lampedusa desfiló una manifestación con cientos de personas, entre ellos muchos jóvenes europeos, con una pancarta que rezaba “Basta muertos invisibles”.

Esta pequeña isla, el enclave italiano más meridional, frente al litoral norteafricano, sufrió en la noche entre el 2 y 3 de octubre de 2013 el naufragio, a una milla de sus costas, de una patera en la que viajaban unos 520 inmigrantes, de los que murieron al menos 368. Aquel fue uno de los peores desastres recordados en aguas del Mediterráneo central y supuso un primer despertar italiano y europeo sobre el flujo migratorio desde África.

Sin embargo desde entonces el fenómeno no ha cesado y este año se han registrado niveles récord: en lo que va de año han desembarcado en Italia 134.578 inmigrantes, casi el doble que en 2022 (72.252) y casi el triple que en 2021 (47.726), lo que este verano desbordó la situación en la diminuta Lampedusa.

Los desaparecidos en todo el Mediterráneo desde 2014 ascienden a 28.106, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de los que 22.300 perecieron en su ruta central, en el Canal de Sicilia, la más letal del planeta.

Italia conmemora aquel naufragio cada 3 de octubre, proclamado Día de la Memoria y la Acogida, pero este año fue especial por tratarse del décimo aniversario.

Desde la política, la izquierda reclamó corredores seguros desde África y misiones navales europeas en el Mediterráneo para evitar nuevos desastres. La que era alcaldesa de Lampedusa aquellos días, Giusi Nicolini, tildó de “grave” la ausencia del Ejecutivo en la isla “por primera vez en estos diez años”, en declaraciones a la RAI.

Ayer también se pronunciaron las ONG que con sus naves salvan inmigrantes en el mar. Open Arms denunció que desde aquel día “en Italia y en Europa se han sucedido gobiernos de todos los colores pero en el Mediterráneo la gente sigue muriendo ahogada” y lanzó una recogida de firmas para pedir una comisión de investigación sobre este problema, a través de la red social X, la antigua Twitter. Por su parte, Médicos Sin Fronteras lamentó que aquel naufragio “supuso el inicio de una cuenta cada vez más numerosa de muertes en el mar y de una serie de medidas ineficaces e inhumanas a costa de vidas humanas”.

Nota de la primera ministra

La primera ministra, Giorgia Meloni, que durante su ascenso al poder prometió siempre mano dura contra la inmigración, viajó ayer a la otra punta del país, Turín (norte), para participar en el Festival de las Regiones.

Posteriormente recordó “con profunda emoción” el naufragio de hace diez años. Desde el naufragio “se han repetido demasiadas tragedias que llegan a las costas de Europa y es nuestro deber poner fin a esta continua matanza, también bloqueando la salida de embarcaciones improvisadas”, escribió Meloni en una nota difundida por la tarde, horas después de los homenajes.

“El compromiso del Gobierno italiano para acabar con el horrendo negocio del tráfico de personas continuará sin descanso, también en nombre de todas las víctimas que han perdido la vida en el mar”, añadió la líder ultraderechista.