Grecia ha decretado tres días de luto oficial tras el trágico naufragio cerca de su costa de un pesquero con cientos de migrantes a bordo en el que han muerto al menos 79 de ellos. Hasta el momento 104 personas han podido ser rescatadas con vida, pero se teme que el número de víctimas pueda ser mucho mayor porque los supervivientes relatan que a bordo de la embarcación hundida viajaban alrededor de 400 personas.

La mayoría de ellos eran jóvenes de en torno a 20 años y procedentes de Pakistán, Egipto, Siria o Palestina. Habían partido desde Siria y su destino era Italia.

Pero antes de llegar el pesquero se hundió en aguas internacionales al suroeste de la península griega del Peloponeso. Tres embarcaciones que navegaban en las inmediaciones acudieron a la llamada de auxilio, uno de ellos fue el yate ‘Mayan Queen IV’, una embarcación de 93 metros de eslora, 15 metros de ancho y seis pisos que se estima tiene un coste de unos 150 millones de dólares. En su interior cuenta con ocho camarotes de lujo y tiene capacidad para 16 pasajeros, a los que se suman una tripulación de 24 personas. En el exterior hay un helipuerto, una piscina, o un jacuzzi.

Este miércoles el ‘Mayan Queen IV’ se ha convertido en uno de las tres embarcaciones que prestó ayuda a los migrantes del pesquero rescatando a decenas de migrantes a los que luego desembarcó en el puerto griego de Kalamata a la espera de ver cuál es su destino final.

¿Quién es el propietario del yate?

El yate es propiedad de la familia Baillères, la cuarta fortuna de México según el último listado de la revista Forbes. El empresario mexicano Alberto Baillères González era el propietario de la embarcación hasta su muerte el año pasado cuando el ‘Mayan Queen IV’ pasó a su familia. Se calcula que el magnate amasó una fortuna de alrededor de 10.480 millones de dólares con un conglomerado de empresas basadas en la producción de plata.

¿Por qué el yate era ya conocido?

El nombre de el ‘Mayan Queen IV’ saltó ya a los titulares de los medios de comunicación en 2018. Entonces la modelo e influencer australiana, Sinead McNamara, que formaba parte de la tripulación, fue encontrada muerta a bordo tras suicidarse, también cuando la embarcación surcaba aguas griegas.