- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, nombró ayer como nueva primera ministra a la titular de Trabajo Élisabeth Borne, quien procede de la órbita socialista y es la segunda mujer en ocupar el segundo cargo más importante de Francia. Borne -que también encabezó los ministerios de Ecología y de Transportes durante el primer mandato de Macron (2017-2022)- sustituye al conservador Jean Castex, quien, como se esperaba, ayer mismo formalizó su dimisión como primer ministro de Francia después de casi dos años en el cargo.

Macron, quien renovó su cargo el pasado abril venciendo a la ultraderechista Marine Le Pen con un margen menos amplio que en 2017, escogió a Borne, de 61 años, para dotar a la jefatura del Gobierno de un perfil más social y ecologista.

Macron agradeció en un mensaje a Castex su labor estos últimos 22 meses: “Ha actuado con pasión y compromiso al servicio de Francia. Estemos orgullosos del trabajo logrado y de los resultados logrados juntos”.

El presidente francés se decidió por Borne en detrimento de otras posibles candidatas como Catherine Vautrin, antigua secretaria de Estado en el mandato de Nicolas Sarkozy y que perdió fuelle por sus posiciones vistas como demasiado conservadoras.

Unos días después de vencer en las elecciones, Macron había dicho públicamente que su nuevo primer ministro debía estar comprometido a “las cuestiones sociales, medioambientales y productivas”. Macron ha nombrado a la nueva inquilina de Matignon confiando en un triunfo electoral de su nueva coalición “Ensemble” (”Juntos”) en las legislativas de mediados de junio.

No obstante, la jefatura del Gobierno depende de la confianza del Parlamento por lo que, en el caso improbable de que “Ensemble” no gane en junio, su puesto estaría en riesgo

Nacida en París en 1961, hija de un judío de origen ruso refugiado en Francia y deportado a un campamento de exterminio en 1942, Borne ha mantenido en el Gobierno de Macron un perfil potente, pero discreto.

Había sido responsable de urbanismo en el Ayuntamiento de París antes de ser nombrada delegada del Gobierno de los departamentos de Poitou-Charentes y de Vienne, donde rompió el techo de cristal al convertirse en la primera mujer nombrada en el cargo. Allí estableció vínculos con Royal, que se la llevó al Gobierno, hasta 2015 cuando pasó a ser presidenta de la Red de Transporte Público de la región parisina.

Desde estas esferas del poder socialista, Borne asumió públicamente su apoyo al joven candidato Macron desde la primera vuelta de las elecciones de 2017, en lo que fue visto por muchos en el PS como una traición. Pero Macron, que intentó conformar un Gobierno mixto mezclando dirigentes del sector público y el privado, se vio atraído también por su trabajo en empresas como Eiffage.

A su entrada al Gobierno, Borne fue nombrada ministra de Transportes, donde hizo frente a importantes desafíos como la imposición del ecoimpuesto a los billetes de avión o el impulso de la bicicleta, pero sobre todo la reforma de la empresa pública de ferrocarril que dio pie a la mayor huelga del sector en décadas.

Las protestas no empequeñecieron a la ministra, que sacó adelante la reforma poco antes de ser nombrada ministra de Transición Ecológica, puesto que ocupó durante un año antes de pasar al ministerio de Trabajo, donde defendió polémicas reformas como la del subsidio de paro y las pensiones de jubilación.