OTRA victoria al esprint para Philipsen. Es la cuarta y creo que no será la última de este Tour. Se llevará el maillot verde salvo catástrofe. Está muy por encima del resto de los velocistas de la carrera. Va tan sobrado que incluso no ha necesitado el lanzamiento de Van der Poel para ganar con mucha facilidad. Lo que está sucediendo con las etapas con final al esprint tiene que hacer reflexionar a los equipos que buscan batir al belga. Muchas veces no entiendes cómo hay equipos que no sean el Alpecin que colaboren tanto para que las fugas no lleguen. El Alpecin se frota las manos con esa actitud del resto de equipos de los velocistas. Para tratar de incomodar al Alpecin tienes que conseguir que se gaste lo máximo posible dándoles la responsabilidad de cazar la fuga. Así puedes lograr que en los últimos kilómetros tengan el treno más pequeño posible. Me cuesta comprender que haya equipos que trabajen como si hubieran ganado después de caer de manera tan rotunda ante el belga. También es verdad que muchas veces se trabaja, y es algo que no se sabe, para darle confianza al esprínter que tienes. Lo hacen muchos directores para demostrarle a su velocista que siguen creyendo en él. Pero creo que deberían de pensar que ya les han dado la confianza suficiente. Por ejemplo, ahí está el Uno-X con Kristoff. Siguen peleando por él, pero el noruego no ha hecho entre los tres primeros en ninguno de los esprints en los que ha entrado. Eso tiene que hacer pensar al equipo a enfocar la carrera de manera distinta. Yo cambiaría de táctica y correría de otra manera. Cuando te ganan así hay que cambiar el capítulo del libro y tratar de escribir el tuyo. Muchos le hacen buena parte del trabajo a Philipsen, que está por encima y los remata con facilidad.

El autor es director deportivo del equipo Grupo Eulen-Nuuk.