Mediaset cuenta con algunos presentadores que ya se han convertido en verdaderos iconos de la cadena, entre ellos, Carlos Sobera, que hace algunas semanas se ponía al frente de un nuevo programa, ‘El musical de tu vida’, un espacio amable en el que repasa junto a diferentes rostros conocidos la vida y la carrera profesional de cada uno de ellos. 

Este miércoles, ha sido Loles León quien ha abierto su corazón frente al vasco y ha desvelado algunos de los detalles más desconocidos de su vida, entre ellos, confesó que siempre tuvo claro que quería ser actriz y nunca le gustó demasiado dedicarse al negocio familiar de sus padres, una churrería, a la que sus dos hermanas sí solían dedicar tiempo. 

Durante la entrevista, la popular actriz también tuvo tiempo para emocionarse con algunos recuerdos, especialmente con uno de los más importantes y conmovedores para ella, con el que consiguió provocar las lágrimas incluso de Carlos Sobera

LOLES LEÓN EMOCIONA A CARLOS SOBERA CON SU RECUERDO MÁS CONMOVEDOR

Loles desveló que cuando era una niña lo que más le gustaba era pasar las tardes en el cine en compañía de su abuela, un plan que también era el favorito de ambas, puesto que, según explicó la intérprete, era una gran cinéfila y solía asegurarle que “en el cine aprendes mucho más que en el colegio”.

La actriz afirmaba que ella y su abuela tenían “esa complicidad, nos unía la fantasía, esa magia que tiene la pantalla de cine y no la puede suplir nada”, comentaba evocando esas tardes especiales en las que las dos salían de la sala del cine “flotando” tras experimentar en la pantalla las incontables vidas que querían vivir.

Carlos Sobera no podía evitar emocionarse al escuchar la bonita historia de su invitada y entre lágrimas terminaba diciéndole: “Cállate un poco, por favor, ostras, que ahora soy yo el que está llorando”.

Sin embargo, Loles continuaba dando detalles de sus inolvidables tardes junto a su abuela y confesaba que después de ver cada película iba por las calles de Barcelona creyéndose la protagonista de las aventuras del largometraje con esa inocencia propia de la infancia. 

Una conmovedora historia a la que el presentador, ya más recuperado, ponía el broche final: “¡Vaya abuela, por favor!”, decía el vasco aún emocionado.