Tras triunfar en los festivales de Toronto y Telluride, tener una gran acogida por parte del público estadounidense y colarse en las nominaciones de los Oscar, Moonlight se estrena en España.
Una película crítica y dura, que muestra un retrato de la juventud afroamericana. Moonlight es la historia de Chiron, un joven que crece en los suburbios conflictivos de Miami. La trama gira en torno a este chico, desde su infancia hasta la edad adulta, acompañándole en su autodescubrimiento personal, al margen de la dura realidad en la que le toca sobrevivir. Un mundo en el que las drogas y la violencia están a la orden del día. Pero Chiron explorará también algo más: su homosexualidad.
Duro retrato vital El largometraje cuenta con ciertos tintes autobiográficos. Basado en la obra de teatro de Tarell McCraney, también homosexual y cuya madre era drogadicta, al igual que la del director del filme, Barry Jenkins. Ambos crecieron envueltos en esa cruda realidad que retrata la película, y también han recibido críticas por retratarla.
Chiron trata de encontrarse a sí mismo envuelto en un ambiente que no le deja, que le aprisiona. De esto trata también el filme, de la búsqueda personal y así mismo de la aceptación de la identidad tanto por uno mismo como por parte de los demás.
infancia. adolescencia. madurez La película muestra la vida de Chiron en tres etapas: infancia, adolescencia y la madurez. A través de estos tres episodios, el espectador construirá en su cabeza ese retrato vital y reflexivo que supone Moonlight. Todo ello narrado a través de una sencillez poética y sin caer en el abuso melodramático. El protagonista hay escenas en las que, tan contenido, ni siquiera es capaz de hablar. Y esa ausencia llena la pantalla. Porque, a veces, los silencios dicen más que cualquier diálogo.
La fotografía de James Laxton es un acierto y acompaña, delicada. Se suma a ello una elegante banda sonora, con algún tema especialmente brillante. A Moonlight no le sobra nada, ni las largas miradas entre los personajes, que muchas veces esconden lo que no hablan.
dura, pero brillante La realidad afroamericana y la dureza en la que tienen que abrirse paso en el mundo los jóvenes no es algo nuevo en las pantallas. Si bien The Wire, por ejemplo, mostraba la realidad de los suburbios y lo hacía con mucha crudeza, Moonlight también parte con esto como tema, pero lo hace de otra manera. Muestra cierta belleza, a pesar de las circunstancias. Esa sensación vuelve la película en una historia dura, pero dolorosamente bella.
De cara a los próximos Oscar cuenta con ocho nominaciones -mejor película, director, guion adaptado, mejor actor y actriz secunda- rios, montaje, fotografía y banda sonora-, y en su haber está ya el Globo de Oro a mejor película, al margen de otros galardones recibidos, como en el festival de Los Ángeles.
Y sí, la película brilla, tanto como su propio título. Moonlight hace referencia a lo que dicen de que los chicos de raza negra parecen de color azul bajo la luz de la luna. Lo que sí es seguro es que Moonlight los hace brillar, dentro de su problemática realidad.