Diane es una mujer muy guapa, una brillante abogada con un gran sentido del humor y una fuerte personalidad. Acaba de poner fin a un matrimonio que le hacía tremendamente infeliz. Una tarde recibe una llamada telefónica de un tal Alexandre, que ha encontrado su móvil y se lo quiere devolver. Él resulta ser un arquitecto de éxito, simpático, divertido y culto: el hombre perfecto. Durante la conversación telefónica, se produce una conexión especial entre ambos y deciden citarse rápidamente. Pero su encuentro no es el esperado, ya que Alexandre tan solo mide 1,36 metros.
El ganador de un Oscar por The artist, Jean Dujardin, y la actriz belga Virginie Efira (En solitario, 20 años no importan) protagonizan la versión francesa de la comedia argentina Corazón de león, un cuento contemporáneo sobre las diferencias y la búsqueda de la felicidad.
Aunque el director galo Laurent Tirard ha decidido introducido numerosos cambios con respecto al filme original, decidió seguir el ejemplo argentino y contratar a una estrella para interpretar el papel principal. “Comenzamos a pensar en el reparto y nos dijimos: hagamos una locura, ¡ofrezcámoslo a Jean Dujardin! Reparamos en que reducir a un actor famoso con cierto sex appeal y carisma a metro cuarenta contribuiría a dotar de alegría y diversión a la película”.
Para el personaje femenino, el realizador decidió convocar una audición para escoger a la protagonista y, finalmente, la actriz belga Virginie Efira, conocida hasta ahora por su participación en comedias francesas, se impuso con claridad al resto. El rodaje de Un hombre de altura supuso un reto a nivel técnico. Antes de comenzar la grabación, se realizaron muchas pruebas para comprobar cómo podrían lograr las proporciones adecuadas. “No bastaba con reducir al personaje porque entonces hubiera tenido una cabeza y unas manos muy pequeñas, y hubiera sido muy raro en los primeros planos”, asegura el cineasta.
Efectos especiales Las técnicas aplicadas fueron desde los efectos más sencillos y artesanales, como filmar a Dujardin arrodillado o forzando la perspectiva (situándolo hacia atrás para que pareciera pequeño), hasta los más complejos, como alzar el techo cuarenta centímetros excepto en el punto en que se hallaba Dujardin, colocar fondos (cromas) verdes o crear caminos elevados para marcar la diferencia de altura. Asimismo, el actor francés contó con la ayuda de un doble de 1,40 metros de altura que aparece en todos los planos de espaldas y que además acudía diariamente al rodaje para compartir su experiencia y aclarar los problemas a los que se tienen que enfrentar en el día a día.
Los propios protagonistas también vivieron situaciones muy peculiares. “Había escenas en las que estábamos derechos pero no podíamos mirarnos a los ojos. Yo clavaba la vista en uno de los botones de su camisa y él en una nube sobre mi cabeza cuando me hablaba”, recuerda Efira.
La cinta de Laurent Tirard quiere reflexionar sobre la dificultad de ser distinto y de la importancia que hoy en día tiene todavía la altura en las relaciones de pareja. “Aunque la película no habla solo de la gente de corta altura, también de todos aquellos que tienen complejos”, asegura el actor Jean Dujardin.
El filme Un hombre de altura fue rodado en la ciudad de Marsella (Francia), durante la primavera del pasado año.