Bilbao - La grabación de un piloto para televisión tuvo la culpa de que ambos se conocieran, pero las webseries se cruzaron en su camino. Hace dos años, la bilbaina Rocío de las Muñecas se embarcó junto a Oliver Mend en el proyecto que lanzaría a Bilbao a lo más alto del universo de las webseries. A pesar de que en un principio orientaron su idea a la televisión, la tesis doctoral que la joven presentó en la Facultad de Ciencias Sociales de la Comunicación de la UPV /EHU les hizo arriesgarse y apostar por las plataformas digitales con un magnífico resultado: la archipremiada Gifted Corporation, que ha dado el salto al otro lado del charco.
¿Cómo se introdujo en este mundo de las webseries, absolutamente desconocido para muchos?
-Tenía muchas ideas para el trabajo de fin de máster pero quería que el tema fuera pionero. De esta manera, llegué hasta las webseries y pensé que tenían muchas características interesantes para ser estudiadas. Cuando empecé solo había dos festivales en el mundo, el de Marsella y el de Los Ángeles, así que los visité y me introduje en ese mundo en el que yo misma era una extraterrestre. Cuando vi que había mucha gente que pensaba que el formato tenía recorrido, me dio mucha energía para empezar mi tesis.
Y esa fue la génesis del universo de ‘Gifted Corporation’.
-Sí, porque quería que el proyecto tuviera una parte práctica y decidí que debía crear una webserie. Junto a Oliver Mend, pensamos en un piloto para televisión, pero las webseries se interpusieron en nuestro camino (risas). Sinceramente, creo que ha sido la parte más complicada pero al mismo tiempo la más interesante.
Y al final resulta que ‘Gifted’ pasó a ser algo más que un mero proyecto académico.
-Estamos muy agradecidos porque no podíamos esperar tanto éxito, cada día nos llegan buenas noticias. Cuando diseñamos el proyecto, pensamos mandarlo a un par de festivales y con eso ya para nosotros hubiera triunfado, pero se ha convertido en la webserie estatal más premiada.
El de las series de Internet es un ámbito con apenas unos años de recorrido. ¿Ha cambiado mucho la situación desde que inició su tesis?
-La evolución ha sido increíble. Hoy hay unos cuarenta festivales, incluyendo el de Bilbao, y los cambios son continuos. De hecho, he tenido que modificar muchas cosas porque han evolucionado desde que las escribí.
¿Qué conclusiones extrae de estos cuatro años de trabajo?
-La principal es que las series de Internet tienen sus propias características, a pesar de tener constantes referencias a la cinematografía y a la televisión. Tienen su propio ritmo, cadencia, edición... todo se intensifica y se condensa al máximo. Además, hay mucha más diversidad en los temas que tratan porque existe la posibilidad de contar aquello que en los medios de comunicación no tiene cabida. En cuanto a la producción, hay muchas más series profesionalizadas de lo que podamos pensar: el 25% de los rodajes es totalmente profesional y otro 25% es semiprofesional. Y con respecto a los creadores, tendemos a pensar que son muy jóvenes e inexpertos... y es un error. No siempre son personas que quieren hacerse hueco, sino que utilizan las webseries como una forma de expresión.
Habla de diversidad de temas. ¿Sobre qué hablan estas series?
-El hecho de no tener a nadie detrás que te condicione hace que se genere un producto único y hay webseries sobre todos los temas que uno pueda imaginar; pero aquí, por ejemplo, prevalece la comedia. Además, colectivos quizás más minoritarios buscan una manera diferente de verse representados. En el festival Bilbao Web Fest tuvimos dos series preciosas sobre sordomudos y sobre personas con síndrome de Down.
Otro elemento que caracteriza a este formato es su corta duración.
-Exacto. Hay productos que van desde los nueve segundos hasta la media hora, aunque la media es de unos ocho minutos. La tiranía de la audiencia en Internet, que con solo un clic puede irse, te obliga a condensar tu idea y a mantener el interés de principio a fin. Además, mucha gente visiona los capítulos en el móvil cuando tiene un pequeño descanso o momento libre y quiere desconectar, así que no les podemos aburrir.
¿Condiciona el tamaño de la pantalla la creación de estos contenidos?
-Absolutamente. Como la pantalla es más pequeña se tienden a hacer planos más cortos, lo que abarata mucho los costes porque no se necesitan grandes escenarios. Además, el sonido también es esencial porque necesitamos entender mucho más a través de lo que oímos. Es algo que no se tiene en cuenta, incluso entre muchos de los creadores, pero que resulta primordial.
Habla de un 50% de series profesionales o semiprofesionales. ¿Cómo logran la financiación necesaria?
-Es un ámbito en el que hay mucha experimentación, también en este aspecto, y se llevan a cabo muchas técnicas de marketing no convencionales. Hay diversas fórmulas para financiar las series y cada uno lo ha hecho de una manera diferente.
La necesidad agudiza el ingenio.
-Eso es. Sí es cierto que la mayoría de las webseries aún son autofinanciadas o por el director o por el equipo, pero el porcentaje de las que tienen un agente externo financiador ha ido aumentando. Podríamos hablar de un tercio, aproximadamente.
Youtube vive actualmente su etapa más dulce. ¿Le seguirán de cerca las webseries?
-El público cada vez quiere personalizar más lo que ve y actualmente coexisten muy bien las webseries con este otro tipo de contenidos. Tanto uno como otro tienen mucho recorrido por delante, aunque creo que llevarán diferentes caminos porque sí veo a las webseries en plataformas de televisión, pero muchos de los vídeos de Youtube se quedarán en Internet.